

LA TRAICION DE NORMA SHEARER
Con quince años, Eva Duarte se fue a Buenos Aires para triunfar como actriz, como la canadiense-estadounidense que interpretaba a mujeres valientes y liberadas.
Con quince años, Eva Duarte se fue a Buenos Aires para triunfar como actriz, como la canadiense-estadounidense que interpretaba a mujeres valientes y liberadas.
Si su apellido de nacimiento hubiera sido Peralta Ramos, Bemberg o Bullrich, la niña nacida en una estancia cercana al pequeño pueblo de Los Toldos en la provincia de Buenos Aires, no hubiera tenido la menor chance de convertirse, treinta años después, en el personaje mundialmente conocido como “Evita”.
Evita dijo que el gobernador Domingo Mercante era “el corazón de Perón”, pero algo ocurrió. Dentro del propio gobierno pasó a ser mala palabra y se desató una campaña contra él y sus colaboradores que fueron perseguidos, denunciados y encarcelados.
En modalidad secuencial el autor continúa el relato de las luchas populares argentinas del siglo XX. En la nota anterior explica lo que fue el constitucionalismo social de la reforma del 49. Ahora, lo que hizo Perón para combatir una escalada inflacionaria que venía subiendo desde ese mismo año.
En 1948, en coincidencia con la convocatoria a elecciones legislativas nacionales, se votó también para constituyentes. El peronismo obtuvo en la ocasión el 69% de los votos emitidos: así que la nueva constitución pintaba peronista.
Cuando decía “Primero la patria, después el movimiento y después los hombres” no estaba haciendo retórica. Durante los años que gobernó desde el 46 al 55, dio múltiples muestras de su voluntad de ordenar y mandar, por más que también proclamara “mejor que mandar es persuadir”.
La nacionalización del Banco Central y la creación del IAPI fueron los dos pilares básicos de la economía peronista, del Estado y su política social. Los perjudicados se transformaron en antiperonistas y los beneficiados en peronistas, hasta hoy.
El 24 de febrero se terminaron las batallas violentas y/o mentirosas que jalonaron la campaña electoral de la Unión Democrática, de un lado de la grieta, y Perón del otro. Las fuerzas armadas (ejército, marina y aeronáutica) se desplegaron en todo el país para asegurar lo que se había prometido: elecciones limpias y en paz. Lo cual no había venido pasando desde 1928, año en que fue reelegido don Hipólito Irigoyen.
Roberto Levillier era un ex diplomático argentino, bradenista de la primera hora, que le escribía al superhéroe, ahora Secretario Adjunto de Asuntos Latinoamericanos, desesperadas cartas en las que le informaba sobre la gravísima situación argentina. El 31 de diciembre del 45, la amenaza que se cernía sobre nuestra pobre patria era el aguinaldo “que de
Estábamos a fines de diciembre del 45. Faltaban 50 días para las elecciones. Los enfrentamientos armados de militantes en cualquier esquina de Buenos Aires, los ataques a locales políticos de todos los partidos, en base a pedradas, bombas molotov, tiros de ambos lados de la grieta, eran cosa de todos los días. Perón iniciaba su