El domingo, en el ballotage, elegiremos mucho más que un Presidente, estaremos plebiscitando la Democracia. Desde las páginas de LIBERACIÓN alertábamos sobre las carencias de la democracia que desde hace 40 años tratamos de construir. Es muy difícil mirar estas cuatro décadas sin pensar en el 40% de pobreza, se nos venía a la memoria aquel discurso de Alfonsín en el que nos decía que con la democracia se educa, se come y se cura. Al mismo tiempo tratábamos de imponer un debate ante el avance de movimientos de derecha que imponían a la sociedad, con relativo éxito, criterios autoritarios.
Los consensos democráticos obtenidos desde 1983 y que tienen que ver con mucho más que votar cada dos años, que significan la sentencia a la Junta Militar por los delitos de lesa humanidad cometidos, la resistencia a los caras pintadas, que tuvo costos que la misma democracia pudo luego remediar, esos consensos y otros muchos que nos dan convivencia son puestos en crisis a tal punto, que nos colocan en el dilema de optar por la democracia o una promesa dictatorial que es una alternativa cierta de poder.
LIBERACION tomó posición el día de su primer número, porque en ese entonces hace más de 3 años ya entendíamos que la democracia argentina se encontraba amenazada y convocábamos a una convergencia del campo popular. Siempre la línea editorial se caracterizó en favor de la convocatoria a la UNIDAD NACIONAL, retomábamos la idea del Gral. Perón, que comprendiera aquel líder radical que se definió, ante el féretro del Presidente Perón, como el viejo adversario que despedía al amigo. La misma idea que luego con suerte dispar quiso retomar también sin éxito Alfonsín, que Néstor Kirchner mantuvo construyendo la transversalidad.
Si tenemos un candidato que niega los horrorosos crímenes de la dictadura genocida, prometiendo indultos, que dice con una motosierra en la mano que va aplicar un ajuste feroz sobre los más vulnerables, que quiere liberar el uso de armas, que manifiesta odios a grandes sectores sociales, mujeres y discapacitados, que propone dinamitar el Estado para beneficio del mercado y tantas otras atrocidades, no hay posibilidad de dudar ni trasmitir ambigüedades.
Por eso, estoy convencido de que el domingo 19 con el voto, optamos entre la democracia y su negación, elegiremos una forma de vida, una manera de reconocernos como argentinos, de ver al otro como un hermano y no como un enemigo con el que debo competir y eliminar si fuera el caso.
Tal vez, pareciera una reducción en mis convicciones, que entré en crisis con mi historia, pero existe un valor supremo que implica el libre ejercicio de los derechos con un Estado que los garantice, no que los entregue al mejor postor del mercado, porque es la única manera que podamos desarrollar un proyecto de vida. “NADIE SE REALIZA EN UNA COMUNIDAD QUE NO SE REALIZA”
El hecho electoral nos obliga a tomar posición sin posibilidad de equívocos, en estos 40 años nunca estuvimos tan amenazados. El hecho electoral siempre fue un elemento táctico en el desarrollo de la política, hoy es estratégico. No cabe la indeterminación. Este domingo, votar a Massa es una obligación democrática.