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CORRENTINAZOS

210 años de lucha revolucionaria democrática federal.

La historia de nuestra región, de la Cuenca del Guaray o del río de la Plata, marca un hecho histórico ocurrido el día 10 de marzo de 1814, la “Revuelta del 14”. Que, fue una rebelión popular correntina, encabezada por Juan Bautista Méndez jefe de las fuerzas locales, quien logra retener recursos y armamentos de la provincia, que el gobernador designado por el Triunvirato pretendía llevarse para Buenos Aires. 

Domínguez huyó con las manos vacías abandonando la gobernación. Con esta rebelión los correntinos, ratifican la decisión de sumarse al movimiento federal de Artigas y los postulados de las Instrucciones de la Asamblea del Año XIII.

Por ello, al día siguiente, 11 de marzo, Méndez convoca a Cabildo Abierto y por aclamación, es nombrado teniente Gobernador de la Provincia; siendo, el primer gobernador correntino democrático, electo provisoriamente, hasta tanto se convoque a un Congreso provincial que defina la autonomía federal y se constituya gobierno. 

Con este primer correntinazo de hace 210 años, se inició la extraordinaria historia de los pueblos correntinos misioneros de nuestra región de la Cuenca del Plata, siendo protagonistas del proceso constituyente del republicanismo democrático federal de la Liga de los Pueblos Libres. 

En aquellos tiempos, el actual territorio de la provincia estaba dividido en dos mitades, de dos identidades culturales de un mismo proceso histórico, definidas en dos provincias; Corrientes, dominado por las oligarquías coloniales, a lo largo de la costa del río Paraná y Misiones, de los pueblos democráticos guaraníes de las misiones jesuitas, sobre el río Uruguay, compartiendo la mitad del Alto Paraná y los Esteros del Iberá.

Recordar esta construcción cultural en la disputa histórica por la liberación de los pueblos de la dominación colonial, tiene la fundamental importancia de asumir esta identidad en la actual ofensiva de dominación neocolonial en nuestra región, en el país y en América Latina.

Es la misma lucha que aún no podemos resolver; pero, debemos reconocernos en esta identidad revolucionaria, liberadora y soberana de los pueblos, para derrotar a la violencia genocida de la dominación colonial; como se logró a lo largo de nuestra historia y necesitamos revalorizar.

Consciente de este tiempo de no lectura, de saturación y contaminación de la información y el conocimiento en el dominio del fenómeno comunicacional de las redes sociales, convocamos al esfuerzo de retomar el debate y el consenso de los colectivos sociales, imprescindible en la actual realidad política social y cultural en crisis, partiendo de nuestras verdades históricas y actuales. 

Memoria, Verdad y Justicia.

Las clases dominantes, desde la conquista y colonización, basan sus “derechos de dominio” en la manipulación de la información, del conocimiento y el pensamiento, estigmatizando los sujetos políticos sociales de los pueblos a someter. Aún hoy, se oculta y deforma nuestra historia de esta lucha e identidad democrática federal de los pueblos de nuestra región. 

Por esto, la importancia de recuperar nuestra Memoria para fortalecernos en la lucha, asumiendo en medio de tanta mentira, hipocresía e inmoralidad política social, que “solo la Verdad nos hará libres”. Marcaremos con ello, nuestra identidad cultural, de construcción democrática federal histórica, en esta disputa contra la dominación colonial que hoy se presenta como una batalla final.

Memoria. A partir de aquel primer correntinazo, en pocos meses del año 1815 se conformó la Liga de los Pueblos Libres, con las provincias de, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa fe, Córdoba y la Banda Oriental. En abril de ese año, Artigas convoca a Congreso pre-constituyente a las seis provincias de la Liga, en Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay-ER), para el 29 de junio de 1815. En este Congreso, se definió la identidad política cultural de nuestra región, de constituyente democrática federal, de soberanía política, independencia económica y Justicia Social. 

Se marca, claramente, esta identidad cultural en la disputa histórica y actual, que nos encuentra en la máxima expresión de la confrontación entre, unitarios y federales, oligarquía o democracia y colonia o Patria.

Para entender, esta identidad cultural, liberadora, de soberanía política, independencia y justicia social, sólo basta repasar las definiciones y resoluciones del “Reglamento para el fomento de la campaña” (Reforma Agraria) aprobada por la Liga; establecía la expropiación de tierras a los malos europeos, y su reparto a quienes la trabajen “con la prevención que los más infelices sean los más privilegiados”. Además, prevé en sus artículos que “los agraciados no posean más que una suerte de estancia”; y que, “no puedan enajenar o vender estas suertes de estancia ni contraer sobre ella débito alguno bajo la pena de nulidad…”.

Aquí queda claro, que, no hay soberanía política sin independencia económica, y ésta, es inseparable de la justicia social. Así, se sostiene en el Reglamento, que “la tierra y sus bienes, son heredades que tienen un alto sentido de reparación social y de instrumento de mejoramiento del campo y no de meros instrumentos para transacciones comerciales”; fomentando, asimismo, la producción con el reparto de animales y semillas.

Pero, importante, es la concepción de liberación de los pobres definido con la universalidad de la propiedad, en el nacimiento de la democracia en la antigua Atenas.   Por ello, es importante recordar a la gran y querida socióloga Alcira Argumedo, quien estudió los documentos políticos de Artigas, sosteniendo que contienen un profundo republicanismo; y, tomando como base el Contrato Social de Rousseau, lo tradujo en los principios definidos por la Liga de los Pueblos Libres, concluyendo en su Libro “Los silencios y las voces en América Latina”, que “El contenido de este contrato (de la Liga) será, en base a lo que preside e inspira: no es el resguardo del libre goce de la propiedad privada individual, sino que se trata de un contrato entre comunidades, provincias o regiones, para la salvaguarda de la independencia de la nación.  Los contratantes no son los individuos sino los pueblos y provincias, donde la libertad es a un mismo tiempo independencia y federalismo en cuyo marco – y solo allí- cobra sentido y es posible la libertad individual.

El concepto de propiedad adquiere asimismo un significado diferente, en tanto la promoción de este derecho no podía desvincularse de la lucha política por la independencia y del sentido de justicia igualitaria de sus bases sociales.” 

Más claridad imposible, para entender la diferencia entre liberalismo (libertarios) y liberación, de la Libertad carajo para Dominar y la Libertad para la liberación de los pueblos; entre, la dominación generadora de pobreza y esclavitud y la liberadora de los pobres, generadora de comunidades organizadas, con trabajo, producción y distribución, para el desarrollo de los pueblos.   

También, Norberto Galasso, en su libro “Seamos Libres” expresa: “En el litoral, Artigas resulta en 1815 la expresión de la Revolución a la cual ha incorporado a las masas populares y ha dotado de un ideario contundente que combina distribución de tierras, protección a la producción local, dignificación y democracia para negros, indios y gauchos, con la clara posición contra el absolutismo, contra la burguesía comercial porteña y contra los ingleses”.

Nuestros próceres independentistas tienen que ver con esta identidad e historia.

Para fortalecer nuestra identidad cultural histórica, veamos las verdades ocultas. Norberto Galasso escribe en este libro (Seamos Libres) de la vida del Libertador José Francisco de San Martín, nacido en Yapeyú, sobre su niñez: “Allí en el hogar, imaginamos el predominio del idioma español, con fuerte acento castizo, como asimismo los iconos religiosos católicos, las costumbres devotas, las leyendas y usos propios de la tradición española y flameando en la casa del teniente gobernador (su padre) la bandera del Rey. 

Afuera, en los caminos de tierra, en los juegos junto al río Uruguay, en las creencias de amiguitos y familias vecinas, domina el idioma guaraní…”. Y continúa diciendo, “Queda claro de toda duda que más allá de la influencia del hogar, José Francisco está sujeto a la atmósfera cultural guaranítica, que su reconocimiento del paisaje y las inevitables travesuras infantiles – pescar quizás, surubíes y dorados, perseguir mulitas, cazar palomas torcazas, apedrear a un loro o trepar a algún lapacho – responden a ese marco de la selva misionera”.

En esta realidad de los pueblos del Guaran, nacieron y crecieron estos revolucionarios democráticos, Andrés Guacurari naciendo en Santo Tomé, perteneciente en aquel tiempo, al Departamento de Yapeyú, el 30 de noviembre de 1778, mismo año que San Martín y a 100 Km de distancia.

Gobernaba Juan de San Martin, el departamento de Yapeyú, quien buscando fortalecer el poblamiento hasta el puerto de Salto chico sobre el río Uruguay, desde donde se unía tanto a Buenos Aires como a Montevideo, creó la Posta de Asunción del Cambay para comunicar Yapeyú, Mandisovi y Salto chico (Concordia).

Aquí debemos entender porque San Martín pidió guaraníes, correntinos y misioneros, para incorporar a su regimiento de granaderos; fueron 263 guaraníes, conducidos por Matías Abucú; y entre los correntinos estaba el salvador de su vida, Juan Bautista Cabral. Y mientras San Martín preparaba su ejército de los Andes para liberar Chile y Perú, el Comandante Andresito enfrentaba a las fuerzas imperiales portuguesas sosteniendo los pueblos libres, manteniendo nuestra frontera; que, durante la invasión portuguesa sobre los pueblos costeros del rió Uruguay, en 1817, Andresito organizó el éxodo de los pueblos de La Cruz y Yapeyú, llevándolos a la Posta de Asunción del Cambay, convirtiéndola en la ciudad capital de Misiones, instalando el campamento de sus fuerzas guaraníes, en la campiña de Campo Avalos; desde donde preparó la recuperación de los pueblos invadidos.. También en la campiña desarrollaron los yapeyuanos la producción alimentaria para la nueva capital.

Fueron los pueblos guaraní misioneros, gobernados por el comandante General Andresito, quienes cumplieron con todas las resoluciones de soberanía política con los cabildos indígenas, la independencia económica con su sistema de “Comunidad de Bienes”, organizada en el trabajo y la producción comunitaria. La Liga Federal fue derrotada militarmente, pero, los pueblos de la región mantuvieron la lucha por su Libertad y autodeterminación. 

Corrientes sufrió tres golpes de Estado, del unitarismo, durante los años de gobierno democrático federal de la Liga. En el segundo golpe, del genocida coronel Vedoya y cabildantes de la oligarquía correntina, el 25 de mayo de 1818; fue el comandante gobernador de Misiones Andresito quien con sus fuerzas guaraníes restituyó la democracia el 20 de agosto del mismo año. No solo, restituyó al gobernador Méndez, sino que, normalizó el Cabildo convocando a elecciones abiertas, dado que había quedado acéfalo por la huida de los cabildantes golpistas con Vedoya. Para entender, claramente, la identidad histórica y actual de los golpistas, unitarios, oligárquicos y colonialistas, Vedoya masacró al pueblo indígena de las Garzas, antes del enfrentamiento de su ejército con las fuerzas guaraníes en Saladas; de la que, abandonó cobardemente a sus tropas en plena batalla, huyendo hacia Corrientes y luego, con sus cómplices hacia Buenos Aires. Del genocidio del pueblo indígena, se salvaron dos mujeres que pudieron contar el hecho criminal.  

Los procesos democráticos siempre son derrotados, con violencia, por las fuerzas de las oligarquías dominantes colonialistas. Pero, la revolución democrática vuelve a revivir con el proceso Constituyente del 1949. Cuando el presidente Perón declara la independencia económica, el 9 de julio de 1947 en Tucumán. 

Y el 11 de marzo de 1949 se aprueba la Constitución revolucionaria democrática; con reformas que significaron la recuperación de Derechos: de los desposeídos, de los trabajadores explotados/excluidos y de los pueblos saqueados. Y en la constitución se incorpora expresamente, los objetivos de la Soberanía política, independencia económica y la Justicia social. Sostenía el presidente, que “para consolidar un proyecto se debe avanzar en la Comunidad Organizada”, definiendo, además, que su construcción debe realizarla “el pueblo libremente organizado”, ratificando la centralidad del trabajo en su construcción, con planificación del Estado. Es el proyecto actualizado, del planteado por el Congreso de los Pueblos Libres; y, realizado por las comunidades guaraníes de las misiones. 

Estas fueron las bases del desarrollo de aquel proceso constituyente. Donde se sostenía que es fundamental, la propiedad del pueblo sobre los Bienes Naturales, garantizado por el Estado y definía la función social de la Tierra, presupuesto fundamental para realizar una reforma agraria para el desarrollo de los pueblos con justicia social. La Constitución del 49 fue derogada por una proclama militar, nuevamente, derrotado por la fuerza, por un golpe cívico militar genocida. Pero nuestra identidad se mantuvo con el movimiento obrero organizado, las ligas agrarias y las luchas de los estudiantes universitarios.

Esta es la realidad histórica en nuestra región latinoamericana y muy particularmente en nuestro país con las interrupciones de los procesos democráticos, con la violencia de los golpes de Estado. Pero, podemos afirmar el inicio de la etapa preparatoria del escenario neoliberal colonialista, con el golpe del 66 con el Gral. Onganía, quien adhiere a la Doctrina de Seguridad nacional en 1964 a las fuerzas armadas argentinas en West Point. Es la doctrina no convencional de la guerra fría, aplicada hacia el interior de nuestros países. Doctrina que se inaugura con la tristemente denominada, “noche de los bastones largos”.

Correntinazo del 69. Este proceso de violencia sobre la libertad de pensamiento y del conocimiento, con persecuciones, detenciones y represiones sobre la comunidad universitaria genero la reacción popular en Corrientes; que, unificó la lucha de estudiantes y trabajadores. Y el 15 de mayo de 1969 se produce un nuevo correntinazo, siguiendo en Rosario y estallando la pueblada del cordobazo el 29 de mayo, marcando el final de una Dictadura que asumió con la intención de quedarse 30 años.

Pero la recuperación de la democracia fue por un muy corto periodo del 73 al 76; cuando se produce el golpe cívico militar más violento y sangriento, genocida, en la aplicación de la “Doctrina de Seguridad”, para imponer un plan económico financiero de dependencia neocolonial, estructurando la acumulación y concentración de riqueza en corporaciones multinacionales y cipayos argentinos. Todo, coordinado en nuestro sur continental americano con la criminal “operación cóndor”. 

Con la recuperación de la institucionalidad Democrática del 83 se derrotó políticamente a la dictadura militar, recuperando el Estado de Derecho basado en los Derechos Humanos, esencial para el desarrollo de los pueblos. Pero, no se avanzó en derrotar a la Dictadura cívica del 76 que mantuvo su estructura, basada en la dependencia económica-financiera. 

Y este poder económico financiero, cuyos protagonistas y estructuras corporativas siguieron intactas, condicionando el proceso democrático, generaron un golpe de mercado en el 89 condicionando el escenario político, produciéndose el quiebre ético político del gobierno menemista y un proceso profundo de crisis moral que caracteriza el actual proceso mundial.

Correntinazo del 99. En Corrientes, con la recuperación de la democracia de 1983, se había formado un movimiento de trabajadores y sociales, urbanos y rurales, claramente identificado con la identidad cultural, democrática federal de nuestra región histórica. Pero, desde el inicio de la década de los 90 sufrimos 4 intervenciones unitarias (neoliberales) que destruyeron los espacios de participación democrática, y las organizaciones de trabajadores combativas y constructoras de democracia; violentando, nuestra soberanía popular. La aplicación de estas políticas, impuestas por la fuerza del gobierno nacional, neoliberal y neocolonial nos llevaron a una crisis de endeudamiento y cesación de pagos con tres meses sin cobrar sueldos de la Administración pública. Que, la reacción de trabajadores y de la ciudadanía popular nuevamente genero otro correntinazo en el 99.

Siempre, el mismo proceso, los mismos resultados y consecuencias; pero, lo más grave es que se realizan en este tiempo con los mismos personajes, con un increíble gatopardismo, sin límites éticos ni morales, como el actual proceso. Donde la fiesta de la corrupción de la explotación, el saqueo y la especulación, la pagamos las y los trabajadores y la ciudadanía popular, con genocidio, empobrecimiento y miseria, sin otra respuesta que la represión y la opresión. Este correntinazo, la pueblada que terminó con un gobierno, poniendo fin a un régimen neoliberal decadente en Corrientes, anticipó la crisis nacional del 2001. Que, fue una crisis política, social, económica, que puso al desnudo la disputa Cultural de fondo a resolver.

La crisis impactó hacia el interior de nuestras propias organizaciones populares. Las confusiones internas lograron superarse ante el contexto regional de la lucha contra el ALCA; que obligó a la Unidad de los movimientos políticos sociales de todo el continente. Y a base de debates, en Foros sociales, Asambleas ciudadanas, Congreso de trabajadores, Cumbres de los Pueblos de América logramos derrotar el proyecto de dominación colonial de EEUU en el 2005. Iniciando, a partir de allí, un proceso de Unidad de naciones de nuestro Sur continental, de procesos constituyentes de construcciones democráticas. Que durante, una década se avanzó en su desarrollo.

Estamos en un escenario muy complejo. Pero, estamos perdiendo la batalla Cultural, ante una concentración de las corporaciones, en una crisis sistémica de carácter civilizatorio. El imperialismo occidental en decadencia, está dispuesto a ir hacia una guerra mundial para sostenerse como potencia en un mundo que va camino a la necesaria convivencia de naciones libres. Nuestra identidad, tercermundista, de convivencia democrática debe primar a la convocatoria del odio, a la disputa de todos contra todos, que nos propone quien llegó al gobierno de nuestro país, producto de la crisis que exacerba la confrontación y la destrucción, del Estado y la Sociedad, planteándonos la desintegración o desaparición de la nación argentina.

En este tiempo, más allá, de las interrupciones a los procesos constructivos democráticos en nuestros países latinoamericanos, en el mundo se avanzó con Declaraciones de los Derechos Humanos y con Acuerdos, Pactos y Convenios internacionales en los derechos económicos, sociales y culturales de los Pueblos.  Asumiendo con ellas, definiciones claras, para terminar con la existencia de Colonias, con la trata de personas, la esclavitud y la explotación destructiva de la naturaleza en el mundo, tal como se plantea en la multipolaridad. 

El sistema explotador, de la civilización occidental está poniendo en peligro el Ecosistema, generando las crisis: climática, energética, del agua y alimentaria; con sus consecuencias en el aumento sistemático de la pobreza, la indigencia, la miseria y la destrucción ambiental, en el mundo.

En este contexto, de ofensiva del neoliberalismo colonial dominante en la civilización occidental en crisis terminal; en nuestro país, se realizó la reforma del 94, con el objetivo de ponerle límites democráticos al neoliberalismo, generando definiciones sobre la soberanía popular, aún en la defensiva. Dando instrumentos para la resistencia y para la construcción democrática. 

Estamos ante un gobierno de facto, en un Estado republicano golpeado institucionalmente y con dependencia a los poderes económicos financiero internacional sostenido a través del FMI. La violencia del ejecutivo, no logró imponer en el Congreso sus reformas inconstitucionales por una mega ley. Desesperado avanza en la destrucción sosteniendo la “vigencia del mega DNU” cuestionado por decenas de amparos judiciales, y la persistente movilización social.

Es tiempo de retomar nuestra identidad de liberación y soberanía popular. 

Es ahora. Tiempo de lucha y construcción de los pueblos libremente organizados, para no solo defender nuestro sistema democrático, de convivencia federal de los pueblos,  sino de avanzar en las comunidades organizadas, con trabajo y producción para el desarrollo de los pueblos contra la ocupación y el saqueo extranjero; garantizando la soberanía territorial y de nuestros bienes naturales; de la Soberanía Alimentaria, energética, del Agua, del desarrollo tecnológico en nuestra Cuenca, en toda su dimensión política, económica y cultural.

En nuestra región tenemos la fortaleza de nuestra identidad histórica, de la riqueza natural, el conocimiento, las organizaciones y los proyectos para su realización; y la clara definición federal de la provincia de Buenos Aires, reivindicando a Dorrego y el proyecto nacional y popular de la constitución del 49.

Asumimos con decisión, que Nosotros, trabajadores y ciudadanía popular, no somos Deudores de ninguna Deuda externa, ilegal, ilegítima e inmoral, como la existente.

Somos, Acreedores de una Deuda histórica Social, Ecológica y Cultural. Deuda generada con violencia genocida por Dictaduras y gobiernos neoliberales al servicio de la dominación colonial. La lucha por la soberanía exige la descolonización del Estado y de la consciencia popular que lo podemos hacer desde nuestras comunidades organizadas democráticamente.

No se trata de declaraciones, sino de asumir el ejercicio democrático. Para ello, reafirmamos el imperio de nuestra Constitución Nacional, asumiendo nuestro derecho ciudadano de resistencia a todo acto de fuerza contra el orden constitucional y el sistema democrático, tal como establece el artículo 36º de la CN; siendo estos actos nulos, de nulidad absoluta. 

Los pueblos están movilizados en todo el país. Y organizados en inter-sindicales y multisectoriales en nuestra región. Vamos hacia la confluencia democrática, no hay otro camino de liberación y soberanía. 

¡¡¡Los pueblos unidos y organizados, vencerán!!! 

(*) Secretario General de CTA Ctes

Pte. Asamblea Ciudadana de Corrientes

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