Si se cumplen los plazos electorales y las propuestas para presidir el PJ se mantienen, la compañera Cristina Kirchner y el compañero Gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, dirimirán el próximo 17 de noviembre la conducción partidaria. Todo pareciera encaminarse hacia esa elección, pero en realidad podría suceder que no suceda ¿se entiende?
Lo que no hay duda va a pasar unos días antes de las elecciones es que la Cámara de Casación Penal integrada por los jueces macristas, confirmará la sentencia de Cristina, poniéndola a una instancia de la cosa juzgada, de la cárcel, de la proscripción absoluta. El peronismo es el hecho maldito del país burgués, lo definió John William Cooke. Las persecuciones y estigmatizaciones de su dirigencia, en el caso particular de quien fuera entre otras cosas dos veces presidenta, se presenta como la reedición de proscripciones que tienen un objetivo mayor que el individual de la compañera Cristina, siguen pensándonos como “un hecho maldito” que es preciso eliminar para asegurar un desenvolvimiento seguro del neoliberalismo y sus negocios.
Intentaron, por todos los medios, primero eliminarlo (intentos por matar a Perón, desapariciones, cárceles, procesos, prohibiciones etc.), cuando no pudieron con ello vino el intento de esterilizarlo de todo propósito revolucionario, transformador, soberano y popular. Así surgieron los Menem, los gobernadores que entregan la dignidad disfrazada de necesidad y tantos otros que si los nombramos seguro nos olvidaremos de muchos, solo porque no se puede saltearlos, mencionaremos a Alberto Fernández y Daniel Scioli, por que la defección de ellos es demasiado insoportable. Habla mal de ellos y también de nosotros que NO LA VIMOS, o nos ganó la impericia.
A nuestros enemigos “los intereses los unen”, a nosotros “los espacios de poder” nos dividen. ¿Los enemigos de nuestra Argentina dominan ambos lados de la lucha política? Esperemos que no, que podamos salir de esta mecánica perversa, que a quienes les toque conducirnos sepan respetar el mandato del pueblo peronista, ya no se soportan más alquimias.
Tal vez no sea posible construir una lista de Unidad, pero tanto en el caso que se dé como en el que no, los que compitan deben tener un Proyecto común eso permitirá saldar las diferencias y si aun así no lograran ponerse de acuerdo en un proyecto de Nación y de un Proyecto de Peronismo, ofrecernos a quienes debemos dirimir en el cuarto oscuro la posibilidad de conocer que es lo que quieren y proponen.
Creemos que el liderazgo de Cristina es innegable y que está bien que lo someta a la consideración popular, porque siempre es bueno legitimarse. No escapa al común que no todos los Kirchneristas son peronistas ni siquiera afiliados al PJ y a la inversa también, hasta la Cámpora ya tiene conducciones diversas. El único que no necesitaba legitimarse era Perón y si, fue el creador del Movimiento, quien nos dio un proyecto y nos enseñó conducción política, quien sostuvo que el único heredero era el pueblo y que la organización vencía al tiempo. No son frases hechas, son realidades que nos marcan el camino.
Si la conquista de la conducción partidaria es por el control de la lapicera, nos estaremos desangrando por muy poca cosa. El momento nos exige más, la lucha contra el régimen aquí y ahora, encolumnando al Partido, Movimiento Obrero, Movimientos sociales, a los aliados para dar la lucha sin especulaciones, decía el General: “Las pasiones y los intereses individuales son los que desvían y deforman la actuación Peronista”.
El respeto lo es todo en la convivencia. Por eso, hoy más que nunca cabe la reflexión del todo sobre las prioridades individuales. La coyuntura nos muestra una nueva realidad, el Mileismo o como quiera llamarse, tomando decisiones estratégicas, lo que nos obliga a tomar decisiones novedosas. Si hay quien tiene dudas sobre sus convicciones y haya elegido abandonar la lucha, puede creer que está en lo correcto, pero no puede impedirnos reforzar las nuestras.
La exaltación de las pasiones que nos proponen nos hace, a los que hemos elegido seguir luchando, reafirmar posiciones y ser, algunos no les va a gustar, más ortodoxos en las medidas preventivas. Creemos así lo entendió Cristina y por ello entra a la arena interna partidaria, cuando todo indicaba, incluso su propia palabra, que ya sobrevolaba esa situación. La Nación es el espacio de todos y está en peligro, no hay lugar ni tiempo para titubeos, hoy sólo puede tener cabida la cordura, la sensatez y la responsabilidad. Como debe ser compañero, usted elige.