El cierre de listas en Corrientes, para las elecciones provinciales del 29 de agosto, realizada por el Interventor Zabaleta, no fue quizá la más prolija o abarcadora en cuanto a la participación de los compañeros, no se discutió prácticamente por la militancia la fórmula para Gobernador y Vice, digamos fue aceptada sin reclamos. Pero de ahí para abajo, podemos decir que se dejaron heridos sin explicación suficiente. Probablemente por ello es que la campaña aún en el espacio Peronista no comenzó.
Del Interventor hoy no sabemos si es, si renunció o si utilizó su amenaza de renuncia para negociar una posición más favorable (Ministro de Desarrollo Social de la Nación), si él será el jefe de campaña, si ya terminó su función, si visualiza una fecha probable de internas. En algún momento debieran hacerse sino el PJ corre el riesgo de ser intervenido judicialmente o incluso perder la personería.
En lo inmediato se trató de inscribir 3 alianzas dentro del Frente de Todos para competir en las PASO de septiembre. La Junta Electoral Partidaria, designada por el Interventor, decidió que solo una cumplía con los requisitos para poder hacerlo y a esa oficializó. La Junta dice que no superan un control de legalidad en cuanto a los requisitos establecidos para la presentación, (avales, copias, nombres etc). Problemas si se quiere formales, no sustanciales o insalvables.
La Junta creo y es una opinión personal, peca de “legalista”, cuando su función en un partido político es la de garantizar la mayor participación posible y dejar lo “estricto de la legalidad” a la Justicia o a la posibilidad de que alguna de las otras listas presente impugnación.
Nadie analiza tampoco las conductas de algunos candidatos, para saber si cumplen, más allá de los “avales y requisitos legales”, con la “conciencia ideológica” y la “honestidad política” demostrada en su accionar mientras le toco cumplir con el mandato que oportunamente se le concedió. Tal vez en el armado de las listas debió examinarse y considerarse esa calidad que la militancia exige. La formación de la identidad peronista y su forma de construcción de la política se hace a partir del análisis del discurso y el accionar. Esto último hace referencia a la movilización de afectos, percepciones, lealtades, traiciones, intereses, que forman parte del campo de la subjetividad individual, pero que también remiten a lo social histórico.
Justamente porque allí, en lo social histórico, este quizás lo más rico de la constitución de la identidad peronista, con muestras en un sin número de grandezas humanas tanto individuales como colectivas.
La subjetividad política peronista puede resumirse diciendo que se es peronista como un resultado directo y lineal de la enunciación del líder, como la continuidad de una identidad constituida previamente a la emergencia del Peronismo, configurando finalmente un sujeto racional, estratégico y leal que no negocia beneficios por lealtad.
Cuando se margina al Peronismo, simplificando su identidad se olvida los profundos cambios que la existencia del Peronismo desencadenó e implicó como fenómeno políticoy cultural identitario en la base de la sociedad argentina
La lealtad delimita hacia adentro, afirma quiénes son peronistas, construye identidad. La traición representa lo contrario lo ajeno al movimiento. Aquí es necesario hacer una salvedad: ese ajeno alguna vez fue un leal que por algún motivo dejo de serlo. Así la traición señalada en el otro nos protege; acusar al traidor, explica la derrota de los vencidos o confirma muchas veces las injusticias de los vencedores. El actuar inverso, reconociendo virtudes al que traiciona, vacía de contenido al movimiento, lo transforma en un partido más, le quita el sentido revolucionario que tiene.
Podemos entender que en el armado de un Frente tengamos que hacer las concesiones necesarias que permitan la conformación del mismo con la finalidad de la derrota del enemigo, pero por meter dentro del Frente aquel que nos abandonó oportunamente, que decepcionó, que se entregó a las mieles del Poder de turno o realizó pingües negocios políticos o económicos, NO debemos dejar afuera al que siempre estuvo, al que bien o mal, gustándonos más o menos reviste indiscutiblemente la calidad de Peronista.
Todo el accionar que socaba al Peronismo, favorece al oficialismo provincial y al Macrismo nacional, todo ello en medio de la angustia vivida por la pandemia y sus consecuencias, de muerte enfermedad y en muchos casos económicas. En lugar de dar respuestas acordes a la crisis el PJ correntino se debate en disputas, denuncias y judicializaciones. ¿Carece de proyecto, me pregunto?
Es bueno reconocer que no es el único distrito dónde se ven algunas maniobras que llaman tremendamente la atención, arrancó Córdoba con “Hacemos Córdoba” luego “Hacemos Santa Fe” y parece que siguen “Haciendo” de las suyas en otros territorios. Lo de Corrientes es notorio para quienes vivimos en ésta provincia en que el conservadorismo nos agobia. Ante ese avasallamiento de las fuerzas del atraso que gobiernan hace muchos años, los Peronistas queremos embestir con toda nuestra fuerza para intentar desalojarlos del poder, vamos a nuestro hogar, el de todos, el partido que hizo grande a la Patria, el de Perón y Evita, más recientemente recuperado por Néstor yCristinay nos encontramos con la casa manejada por ocupas.
Desde la humildad del militante, del que nada tiene ni nada quiere en términos de cargos y prebendas, que sólo ambiciona la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Patria, no creemos que las responsabilidades vengan solo de lo más alto de la conducción política nacional. Pero todo puede ser, dicen que “el humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra”. Si así ocurriera, esperemos que no, pero si volvemos a tropezar, como dirigentes peronistas reiteramos como siempre: “donde nos abandonaste volverás a encontrarnos”. Acá estaremos para defender el movimiento y a los compañeros. No esperen lo mismo del afiliado simpatizante que cuando se queda sin opciones y está enojado puede hacer tronar el escarmiento.-