En la última derrota electoral, el peronismo se enfrentó a un gran debate interno no resuelto que nos llevó a tener candidatos que no representaban al verdadero militante peronista. Este militante se sintió desconcertado a la hora de apoyar la boleta del PJ, que incluía más “aliados” que propios. Esta situación nos obliga a reflexionar sobre los motivos que llevaron a muchos compañeros y compañeras a alejarse del movimiento y a participar desde otros espacios del campo nacional y popular, lo cual tuvo un impacto significativo en nuestro desempeño en las urnas y resultó en nuestra derrota.
Algunos de esos motivos, son los siguientes:
Desconexión con las Bases: La decisión de muchos militantes de alejarse del peronismo revela una desconexión con las bases del movimiento. Quizás hemos descuidado la escucha activa de las demandas y preocupaciones de aquellos que se sintieron desplazados o ignorados dentro del movimiento. Esta falta de conexión ha debilitado la cohesión interna y nos ha dejado vulnerables en el terreno electoral.
Pérdida de Valores Fundamentales: Es posible que hayamos perdido de vista nuestros valores fundamentales y permitido que intereses personales o sectoriales primen sobre el bien común. El peronismo siempre se ha caracterizado por su doctrina política, económica y social, basada en el Justicialismo. Sin embargo, al alejarnos de estos principios, hemos generado un sentimiento de desilusión y desencanto entre nuestros militantes más comprometidos.
Necesidad de Diálogo y Consenso: Es fundamental abrir un espacio de diálogo franco y constructivo, donde todas las voces sean escuchadas y se puedan expresar libremente. Debemos trabajar en la construcción de consensos y en la búsqueda de soluciones que reflejen los intereses y aspiraciones de la amplia base peronista. Solo así podremos reconstruir los lazos perdidos con nuestros orígenes doctrinarios y fortalecer la unidad del movimiento.
Algunos podrían considerar que la autocrítica debilita al movimiento y expone nuestras divisiones, pero yo creo que nos fortalece y muestra madurez política, siendo un paso necesario para superar nuestras diferencias internas. Reconocer nuestros errores es esencial para fortalecer al peronismo como movimiento político y seguir siendo una fuerza transformadora en la Argentina.
Debemos recuperar el orgullo de ser peronistas, abrazar y actualizar nuestra doctrina, salir a enamorar a las nuevas generaciones de jóvenes del peronismo, sin rencores, sin odio y con mucha esperanza. Como señalaba Perón, “Un movimiento sin doctrina es un cuerpo sin alma.” Volvamos a nuestras raíces, escuchemos a nuestros militantes y reconstruyamos un peronismo unido y fuerte, capaz de enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
(*) Militante Peronista y Dirigente Sindical