Ingreso Familiar de Emergencia, Tarjeta Alimentaria, Bonos para Asignación Universal y para Jubilados, el Pago de Salarios a Trabajadores Privados, Financiamiento a tasa 0 para monotributistas y autónomos, son solo algunas de las muchas formas de acompañamiento dispuestas por el Presidente Alberto Fernández que llegaron directamente a los correntinos.
La Pandemia además de la afectación sanitaria provocó, y sigue haciéndolo, la mayor crisis económica global desde 1930, provocando un fuerte aumento de la pobreza.
El impacto de la misma es diverso, los jubilados y trabajadores públicos no vieron en riesgo su salario, los trabajadores del sector privado en blanco contaron con asistencia y protección del Estado Nacional, aunque vieron resentidos sus ingresos y los más afectados fueron los trabajadores informales y cuentapropistas.
Esto provocó un fuerte aumento de la pobreza 40,9% (+5,4%) y de la Indigencia 10,5% (+2,5%) a Nivel Nacional.
La situación en Corrientes
Nuestra Provincia es una de las más empobrecidas del País, empobrecida por la falta de políticas públicas que aprovechen los recursos naturales privilegiados con los que contamos y un recurso humano muy valorado en todo el País. Paradójicamente, esta falta de políticas que le han puesto un techo al desarrollo, significaron un piso en la caída por la pandemia, como veremos inmediatamente. Las dos terceras partes de las personas económicamente activas de la provincia recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia.Si, 2 de cada 3 correntinos trabaja en negro o está desempleado y contó con acompañamiento del Gobierno Nacional en nuestra provincia, fueron más de 12.000 millones de pesos volcados directamente en los correntinos y correntinas.
La alta dependencia del empleo estatal en la provincia, en este contexto implicó un elemento que moderó la caída comercial y económica. Un factor que pone techo al desarrollo, en este contexto le puso un piso a la caída. También aquí el gobierno nacional envió fondos extra para sostener las finanzas públicas por la caída de la coparticipación durante el primer semestre.
El Gobierno Nacional también pagó parte del salario a casi 25.000 trabajadores del sector privado por 1.500 millones de pesos, créditos a 1.600 empresas por 3.800 millones de pesos, además de asistir con créditos a tasa 0 a monotributistas y autónomos por más de 800 millones de pesos, siendo estas solo algunas de las medidas de apoyo al sector privado.
La contención social, reforzada con la implementación de la Tarjeta Alimentaria para 52.000 familias correntinas por 1.600 millones de pesos, así como los bonos extraordinarios para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y los jubilados y pensionados nacionales.
También un nuevo programa de desendeudamiento al Estado Provincial por 4.300 millones de pesos, obras en infraestructura educativa y en saneamiento ambiental por 7.000 millones de pesos fueron implementadas en este tiempo.
Este fuerte abanico de apoyo a los correntinos y correntinas, lograron moderar el aumento de la pobreza en la provincia pasando de 37,9% a 41,2%, un incremento de 3.3%.
La Pobreza en Corrientes aumentó mucha más en el Gobierno de Macri que con la pandemia. El desafío es generar desde el Gobierno Nacional el contexto para un desarrollo económico sostenible en la Argentina, partimos de una situación de sobreendeudamiento, aumento de la pobreza y la desigualdad y una fuerte caída económica en los últimos dos años y medio, situación que se vio profundizada por la crisis sanitaria global.
Aún durante la Pandemia se logró reestructurar la deuda abriendo una ventana de oportunidades que debemos saber aprovechar en los próximos 10 años, debemos ampliar nuestras exportaciones para tener los dólares necesarios para el funcionamiento de nuestra economía, principal factor de las tensiones cambiarias siempre condicionantes del crecimiento, entender que todos los sectores productivos son importantes y deben ser potenciados, que la innovación y la productividad son la clave para ser competitivos, que el sostenimiento del mercado interno es determinante en este proceso, la producción debe contemplar la dimensión ambiental, el crecimiento económico debe permitirnos generar estabilidad fiscal de mediano y largo plazo.
Empiezan a verse indicadores de incipiente recuperación económica en el mes de septiembre, el desafío es que no sea solo un rebote estadístico sino el inicio de un ciclo de desarrollo económico, que tenga en cuenta nuestras potencialidades y revierta nuestras debilidades estructurales, el camino es complejo, pero perfectamente posible, debemos decidirnos a transitarlo para poner definitivamente a la Argentina de Pie.