Desde que conocemos la humanidad, se fueron estructurando distintas formas de organización de la sociedad. Las primeras se basaban en la fuerza, los más fuertes dominaban a los más débiles, luego más modernamente se creó la teoría de que el poder venia de Dios al Rey quien gobernaba en nombre de Dios, así ocurrió hasta fines del siglo XXVIII, en quela Revolución Francesa con un parto muy dificultoso hace nacer la Republica, con la división de poderes, y pensadores importantes, como Voltaire (Tratado sobre la Tolerancia), Rousseau (El Contrato Social), Montesquieu (El Espíritu de las Leyes) y otros, que trataban de poner límites al poder del monarca, nada de ello fue fácil, hubo excesos, con avances y retrocesos. Las personas acostumbradas a un monarca que los mandara, sintieron temor ante algo que aparecía como un caos.
Así es que aparece en América casi simultáneamente, la revolución de EEUU, y se empieza a hablar de democracia, algo muy complejo para los inicios del siglo XIX, ya a mediados de siglo, nuestra patria, comienza a elegir los gobernantes a través del voto, y en varios países se empezó con un sistema imperfecto de democracia, digo imperfecto, porque el voto era cantado y no todos podían elegir y ser elegidos.En Argentina, la primera elección indirecta eligió a Justo José de Urquiza como Presidente y el Vice al no obtener las mayorías necesarias de electores fue electo por el congreso, José María del Carril. La primera ley electoral data de 1821 de Sufragio universal masculino y voluntario “para todos los hombres libres de la provincia de Buenos Aires”. En la práctica, nada sobre una población de 60 mil personas, ¡solo votaron 300! El fraude era materia corriente. Un recorrido por la época incluye ciudadanos amenazados, matones a sueldo y la lucha por un derecho inalienable.
En febrero de 1912 se sancionó la ley 8871 que estableció el voto secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años de edad. Con esta ley Irigoyen fue electo Presidente, al poder conservador se le hizo intolerable y devino el golpe del 30 y la década infame, la del Fraude Patriótico, conocida como Década Infame. La “concordancia” duro hasta el 4 de junio de 1943, donde aparece la figura de Perón con el GOU, periodo breve de restauración democrática, que con el 17 de octubre indispensable recobra la posibilidad del voto, secreto y masculino.
Posteriormente en 1947 por impulso de Eva Perón se incluyó a la mujer como electoras y candidatas, igualmente fue necesario esperar 4 años para que la mujer pueda ejercer su derecho.
Así vemos que en muchos países siguen las Monarquías, como una pretendida prenda de unión de los ciudadanos, reinan, pero no gobiernan. Se denominan Monarquías Constitucionales sistema que entró en gran crisis en los últimos años. Cuestionándose en la sociedad, por qué deben mantener a personas que viven a todo lujo y placeres y sin devolver nada a la sociedad.
Hoy la mayoría de los países del mundo tienen democracias, divididas en sistema parlamentaristas o presidencialistas es decir los ciudadanos votan para elegir y ser elegidos. No obstante a principios del siglo XXI, aparece de una manera explícita el poder de las corporaciones que son realmente las que detentan el poder, y así vemos como Presidentes de los países más poderosos de la tierra no pueden decidir cómo llevar adelante un plan de gobierno si las corporaciones no las aprueban, para dar un ejemplo nomas, en EEUU, el Presidente Obama no pudo llevar a cabo una reforma al sistema de salud que beneficiaba a la gran mayoría del pueblo, porque no les permitieron los Lobbies de las empresas de salud.
El gran desafío que tenemos por delante como sociedad y más allá de Naciones, es como hacer para poner un límite a las corporaciones, para que realmente sean los pueblos a través de sus representantes quienes gobiernen y no una elite muy chica que nos indica, desde que comer, hasta a quien elegir para que nos gobierne, es más cuando no les gusta un gobierno no vacilan en buscar la forma de crear un clima de malestar en la sociedad, para que sea esa sociedad quien busque cambios, que seguramente los va a perjudicar pero dejando a los poderosos seguir gozando de sus privilegios. De eso se trata cuando se habla de poder destituyente, ya experimentado en Bolivia, Ecuador, Brasil y que intentan en nuestro país. Es el gran desafío del siglo XXI, lograr poner un límite al poder real concentrado en un pequeño número de personas. Para hacer realidad aquello que entendemos como democracia: “La verdadera democracia es aquella en que el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés el del pueblo”