Publicado en el sitio web de Embassy Cultural House para el projecto State of Palestine. Traducido del español a ingles por Dot Tuer.

https://www.embassyculturalhouse.ca/the-state-of-palestine.html

Nunca olvidaré cuando en la cárcel como prisionero político de la dictadura militar de Argentina y durante una visita de la Cruz Roja Internacional, le mencioné al delegado nuestras condiciones de aislamiento y tortura por parte del régimen militar. Él me respondió que había estado recientemente en el medio oriente y que la situación de los prisioneros palestinos en prisiones israelíes eran peores que las nuestras. No pude imaginarme que mayor crueldad había contra seres humanos que luchaban por su liberación.

Regresé al pabellón a informarle a mis compañeros sobre la conversación con el representante del organismo internacional y su repuesta. Nos quedamos en silencio, conmovidos por semejante comentarios.

Cuando a nosotros nos sacaban de nuestras celdas, nos torturaban y mataban. Pasábamos años aislados sin visitas de nuestros familiares, con las celdas vacías, sin nada, sin libros, sin cartas, sin alimentos, solo un plato para la comida y un jarro para el agua y 24 horas de encierro sin luz natural. ¿Qué más había para torturar a un prisionero político? Quedamos impactados pensando en cómo la estarían pasando nuestros hermanas y hermanos palestinos.

40 años después, aún hay más de 5000 prisioneros palestinos, algunos de ellos seguramente desde esos tiempos, y continúan su lucha libertaria.

En el marco de la guerra fría, los movimientos de liberación nacional latinoamericanos reconocieron la causa palestina e inmediatamente estrecharon vínculos como parte de esos procesos de descolonización.

Hoy la causa Palestina sigue vigente y las demostraciones de solidaridad con ese pueblo, jamás fue olvidada. Siempre, en todas manifestaciones masivas en Latinoamérica se verá una bandera negra, blanca, verde y un triángulo rojo: la bandera de los palestinos, con nosotros.