Nacida en San Juan de los Lagos, México, en 1902, María Izquierdo sufrió desde temprana edad la violencia de género: a los 14 años tuvo que casarse contra su voluntad con un militar con quien tuvo tres hijos.

Se separó de su marido y se mudó a la ciudad de México en una época en la que se consideraba una osadía, para una mujer divorciada, el vivir sola y ser pintora. Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes y definió su trayectoria bajo la influencia de las ideas de vanguardia y de las manifestaciones de la cultura popular.

Como mujer artista sufrió un constante desprecio por parte de sus colegas, que incluso en 1945 le impidieron realizar un mural institucional narrando la historia de la ciudad de México, para la que había sido convocada. Rivera, Siqueiros y Orozco, al parecer, fueron los responsables de alejarla de ese proyecto, argumentando que una mujer no tenía las cualidades necesarias para llevarlo adelante.

Fue pionera en su interés por revertir la condición de las mujeres en ese México posrevolucionario y machista. Sus obras colocaron a las mujeres en acciones protagónicas, que hasta entonces eran monopolizadas en las pinturas por la figura masculina.

Sus obras hoy se encuentran en los principales museos de México. Falleció en 1955.

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