Los sueños y esperanzas del pueblo que abraza la causa nacional y popular, con raíz filosófica y doctrinaria peronista, siempre avanza en la militancia política en las zonas grises que nos ubican entre las utopías que nos motorizan y la resignación a la cual pretende empujarnos el enemigo, enarbolando una supuesta anti política.
Esos caminos nunca son autopistas libres que nos llevan a destino, por lo contrario la lucha política impregna esas rutas de obstáculos, algunos propios de nuestros errores, pero la mayoría de los mismos son los elaborados por los planes estratégicos del enemigo, que combate frontalmente nuestros objetivos de soberanía nacional, integración de Patria Grande, inserción en el mundo multipolar, justicia social y esencialmente nuestra independencia económica y teconlógica.
Para cada una de esas banderas que enarbolamos y militamos, los planes del poder real, se orientan a evitarlos en algunos casos y a modificarlos estructuralmente en otros, pretendiendo consolidar los ejes esenciales de la dependencia, que condicionan institucionalmente el manejo del Estado, amordazándolo e intentan impedir que los intereses nacionales del Pueblo y la Patria, interfieran con la división internacional del trabajo que intentan imponer y nos tienen asignado, como una forma moderna del coloniaje, bajo extorsión y amenazas de sus baterías de ataque como son los medios masivos hegemónicos, que impactan en el espacio simbólico de la conciencia colectiva diariamente, en nuestro pueblo.
En el tema de la soberanía ese diseño estratégico del enemigo, nos limita el poder de decisión soberana, en principio bajo el amarre de la deuda, que impide un desarrollo integral con planificación estratégica de nuestro país, al cercenar las capacidades financieras que quedan subordinadas, a las demandas acreedoras del FMI, fiel representante de los intereses concentrados del poder real, nacional cipayo e internacional imperial y colonizador.
Un país con industrialización e investigación y desarrollo, con capacidades plenas de nuestros compatriotas, destacados en todos los ámbitos del quehacer mundial, desde las nuevas tecnologías que van desde los unicornios desarrollados hasta los satélites propios, como un sólo ejemplo, de los cientos que podríamos mencionar, como para sentirnos orgullosos de nuestros país y nuestro pueblo, que por supuesto rompe los planes del enemigo que quiere evitar ese proyecto nacional, porque nos necesita sumisos y dominados, para los cual el supuesto orden interno es más importante que la vida de los seres humanos, en una mirada racista, colonial y represiva que se registra en pocas páginas atrás, de nuestra historia reciente.
Entonces es la soberanía nacional el eje de la reconstrucción de la identidad y la memoria colectiva de nuestro pueblo, porque es la herramienta necesaria para desplegar las demandas de la hora actual, para lo cual el Perón filosófico vigente, siempre evocado y poco leído, sigue dando respuestas, en un mundo que transita un nuevo orden, que cambia la historia, en ese parto interminable entre aquello que no termina de morir y la irrupción del mundo multipolar que no termina de nacer, proceso en el cual el desarrollo de las guerras impuestas por el moribundo, nos muestra su peor cara.
Con soberanía nacional se puede determinar el rol del estado en esa concepción del manejo de las herramientas que hacen a la construcción de la justicia social, de ampliación de derechos, de contención plena de un pueblo que ha sido sometido a una concepción binaria de amor-odio que el enemigo despliega, sembrando una consigna del todo o nada, que irrumpe violentamente, condicionando los tiempos necesarios de un pueblo que construye su historia, en sus ritmos pero en el marco de Comunidad Organizada, que sella la solidaridad como modelo social solidario a construir de cara al futuro.
Pero es necesario remontarse al Modelo Argentino para un Proyecto Nacional del líder, que hace 48 años nos alertaba: “que los estados nación serían débiles frente a los embates del imperialismo”, necesitado de preservar nuestros recursos naturales, como reserva estratégica de sus propias necesidades a futuro, como hicieron en Medio Oriente por medio de guerras, invasiones, destrucción y muerte. Ante esa situación que Perón nos planteaba con determinación, la necesidad de apuntalar los procesos de liberación nacional como bloque regional, en un marco de 600 millones de compatriotas latinoamericanos, que nos darían fuerzas para enfrentar la potencia hegemónica. Eso hicieron Néstor, Lula y Chávez desde el No al ALCA al UNASUR, para enfrentar la situación con fuerza y solidariamente, desde la Matria Patria Grande.
Pero un mundo que se desplaza al Oriente, la Argentina integrada al BRICS y al proceso mundial de la OCS (Organización de Cooperación de Shangai) y al Banco Asiático, pone en alerta a un enemigo que despliega su lV Flota nuevamente, como en épocas de la Escuela de las Américas de la Doctrina de Seguridad Nacional de las dictaduras militares de las décadas oscuras de nuestra Patria desde 1955. A esa realidad amenazante en la voz de su titular, sobre el litio, el agua dulce y los recursos naturales, como propios se suma la presencia de la OTAN, mismo jugador, en la apropiación del mar territorial argentino, la Antártida y los pasos bioceánicos, con un avance invasivo sobre la Patagonia austral.
Ese intento lleva a la fragmentación del país en una partición de cuatro zonas, nordoeste por el litio, patagónica austral, por lo relatado, la norpatagonia por Vaca Muerta y la pampa húmeda como país agro exportador. Es lo que sucedió con Yugoeslavia en el siglo pasado por necesidad de construir la Unión Europea sin su presencia enérgica, hoy son 6 países: Kosovo, Serbia, Montenegro, Macedonia, Bosnia y Eslovenia.
Esa descripción nos impone tener claro el camino de la militancia y la lucha, identificando con precisión al enemigo y sus planes, con ejemplos que permitan visualizar que no se trata de miradas comparativas de la historia, sino de realidades que se debaten en un mundo que pugna por espacios de poder y donde el orden mundial de la posguerra de 1945 ha quedado atrás, cayendo sus instrumentos en un mayor descrédito como el Banco Mundial, el FMI y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como verificamos en los intentos inútiles de décadas del reclamo Malvinas y del Pueblo Palestino, votados en el pleno abrumadoramente y vetados por EEUU e Israel.
Entonces no será fácil el camino de consolidación de la democracia al mismo tiempo que un proceso de emancipación nacional, cuando los instrumentos del estado como la Corte están subordinados al coloniaje. Más difícil aún cuando la fragmentación del campo popular es la victoria del enemigo y la frivolización de la política, pretende instalar la idea de la inviabilidad del camino propuesto por quienes denominan al campo popular como “populista” peyorativamente. Es hora de asumir la militancia como una siembra que construye un camino y plantea ideas y utopías sin esperar cosecha, ante una pugna de posibilismo si sueños que nos quieren imponer. La opción sigue siendo Patria o Colonia, y nuestra responsabilidad es construir Comunidad Organizada con la necesaria formación de nuevos cuadros políticos, que irrumpe con una juventud que emociona.
BIBLIOTECA
Theotonio Dos Santos: Construir Soberanía Ed. CLACSO
Enrique Dussel: Filosofía del Sur-Descolonización Transmodernidad Ed. Arial
Walter Formento y Wim Dierckxsens: El Proyecto Multipolar por una nueva civlización Ed. Acercándonos