Puede sonar fuerte, pero lo siento, es que es así el modelo de gestión y lo dicen destacados investigadores del ámbito global como D. Harvey, Patricia Pintos, Víctor Delgadillo y Pedro Gorgolas, entre otros muchos más. ¿En qué consiste la empresarialización estatal? Bueno, básicamente busca obtener recursos a través de la facilitación de negocios en la ciudad que es el mejor y más rentable ámbito de obtención de ganancias por creación de suelo. Mucho más, si ello ocurre en las costas urbanas y más aún si están cerca de ámbitos urbanos con equipamientos para el ocio o el consumo diversificado. Así todo el entorno tiene commodities en paisaje, entretenimientos, servicios y más cosas probablemente. Ello solo es posible cuando el planeamiento urbano queda cautivo de los intereses de la corporación económica y se desdibujan las instituciones públicas, el patrimonio y la mesura se rinde ante los excesos de la voracidad económica.
También se convocan a eventos de real state, esto se promociona como oportunidad de inversión, que lo es, y comienza el armado de operaciones que en algunos ámbitos se han llamado de burbujas inmobiliarias. Pero ojo que las burbujas explotan en el aire.
¿Pero qué pasa cuando el rol del estado vira hacia el rol de gerente? Bueno, es que las prioridades ya no son lo público sino lo privado y las ligazones entre sociedad, estado y miembros de la sociedad entre sí, se vuelven débiles. Esta situación es muy funcional al nuevo orden y se genera así un círculo efectivo que permite la transferencia de espacios públicos, de cambios normativos y no encuentran resistencia ni oposición. Porque la sociedad desarrolla una forma de evasión que es la inmunodeficiencia social, obviamente esta actitud tendrá consecuencias. Este concepto del cuño del español José Antonio Marina explica las disfuncionalidades de la sociedad, cuando no puede levantarse por falta de energía ética. Marina 2012.
La tormenta perfecta está en pleno desarrollo, avanza y nada parece poder detener la metástasis urbano-costera, proliferan los grandes emprendimientos y los grandes números, también otras obras surgidas de las prioridades de alguien pero con montos impúdicos para la tamaña crisis de muchos hogares que verían con más espíritu de pertinencia a obras publicas de carácter reparador en barrios marginales.
Y así, la ciudad de las luces que se continúan al río y se extienden sobre una costa que muestra lo linda que es Corrientes, aspira a desarrollar un shopping o paseo de compras en Playa publica Arazaty; marina privada en la desembocadura Riacho Araza, borde costero Parque Mitre; relleno Club Boca Unidos para circuito Mola; relleno ilegal Bienes Raíces SA para desarrollo inmobiliario; Parador en Malvinas II; Parador Jack Tower; Parador Santos; área de costanera y playa en torno a la toma de Agua y también emprendimientos en la costa del flamante Museo de Ciencias Naturales. “Es el primer caso de una «ceguera blanca» que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe de más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio” (fragmento de Ensayo Sobre la Ceguera de Saramago).
La muerte súbita del paradigma de ciudad planificada en función del interés general o colectivo y por lo mismo, la separación entre civitas y territorio, da nacimiento a una nueva manera de estar que es difícil de definir y se aproxima parafraseando a Guy Debord, a “la ciudad de los espectadores” y esto no será gratuito. Alguien que avise que no hay más tiempo, que hay que ocuparse de la pobreza, del ambiente en la ciudad y de cuidar los recursos. –