Como una expresión que se ha generalizado, las críticas sobre la “política” como un hecho del pasado, cuando en realidad es que aparece como el instrumento necesario de la construcción de los modelos sociales y productivos en decisiones soberanas en el país. Esta denigración conlleva al deterioro de los procesos democráticos que poco a poco van permitiendo la penetración de una cultura dependiente, colonizada, neoliberal, que va infiltrando los estamentos institucionales.
Logrado ese objetivo, en el discurso antinacional comienza entonces a cuestionar, denigrar, deteriorar, objetivar que “lo que falla es el Estado”, que empieza a ser el objetivo a conquistar por el lucro, con el fin de manejarlo para los negocios privados.
Este esquema no es nuevo, se instaló con fuerza en la década del 80 del siglo pasado, de la mano de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, que irrumpió bajo el discurso, luego convertido en panfleto y por último en libro, sobre el Fin de la Historia de Francis Fukuyama, que marcó la década de los 90, los procesos neoliberales de destrucción de las herramientas soberanas del Estado, arrasando los mecanismos de regulación estatal y privatizando las empresas públicas de servicios y de producción.
Esto sucedió al amparo de un peronismo que claudicó, traicionando su núcleo doctrinario, en un proceso como el sufrido por la social democracia europea y similar al que hoy sufren los radicales, ambos movimientos populares, infiltrados se convirtieron en el “ala izquierda” del neoliberalismo en un proceso en el país, de instalación en la conciencia colectiva del Pueblo, de desmemoria histórica y pérdida de identidad.
No se trata de pragmatismo a la hora del análisis, sino de analizar la política internacional, su contexto en cada etapa histórica y su estado actual convulso, de pugna entre el mundo Multipolar y el Unipolar hegemónico hasta hace pocos años, hoy cuestionado y en retirada sobre su retaguardia, que es Latinoamérica.
Por esa razón la región, que está siendo sometida a presiones y bloqueos, comprometiendo su estabilidad e integridad territorial de los países latinoamericanos, en un diseño estratégico de colonialidad, en donde el unipolarismo, EEUU se propone regir sin influencias euroasiáticas del mundo Multipolar, cerrando, bajo amenaza y extorsiones, un nuevo Puerto Rico sudamericano.
Hablamos de colonialidad y no de coloniaje, ya que los instrumentos de control social y político de la soberanía de los países, van siendo novedosos ante cada etapa como lo demuestra el lawfare. Esta herramienta creada por el Departamento de Justicia junto al Departamento de Estado de los EEUU, actuó a nivel continental como herramienta de subordinación forzada de los dirigentes democráticos populares, a los cuales controló o persiguió o encarceló sin pudor, colocando a los movimientos populares en la misma órbita del terrorismo o del narcotráfico, desplegando acusaciones de corrupción como justificativo de su accionar.
Esta situación repetida a nivel continental, hizo de los movimientos populares de liberación su objeto del deseo de destrucción, por ser una amenaza a los intereses concentrados del poder hegemónico, en reservas naturales del mundo Unipolar dirigido por EEUU, en retirada en el mundo.
Pero ese mismo repliegue en términos del orden Multipolar y la pérdida de influencia del dólar, aumenta la presión sobre América Latina, que defiende como su retaguardia, mientras genera guerras en el resto del mundo, intentando aislar a Rusia primero junto a Irán, avanzando sobre China poniendo en riesgo a la Humanidad. Esto tiene expresión en Ucrania en el cerco occidental y Armenia, Azerbaiyán y Nagorno-Karabakh en un cerco oriental, provocando cientos de miles de desplazados y muertos en un nuevo conflicto, sumado al reinicio de hostilidades sobre Siria y Líbano, en conjunto con Israel sobre Palestina.
Es que el complejo militar industrial farmacéutico de EEUU es el que alimenta su precaria economía hoy, y que el desarrollo de las guerras no sólo permite la venta de armas a Europa y los países del este europeo, sino que, a partir de sus deudas, controla su política a futuro, como con el Plan Marshal en la 2° Guerra Mundial. Es una apuesta al todo o nada ya que ha perdido las rutas comerciales y el control estratégico sobre áreas energéticas como Irak, Afganistán y Libia, además del Estrecho de Ormuz, ante la alianza Árabe Saudí con Irán bajo auspicio de China.
No estamos solos en el mundo Multipolar, desde los BRICS a los nuevos Bancos de última instancia, el mapa internacional ha girado al Oriente y ese hecho es irreversible. Por lo cual, una política de alineamiento automático con EEUU, no sólo nos aislarían del mundo, sino que nos conduciría a una situación de colonialidad, tanto institucional como económica financiera, con entrega absoluta de la Soberanía Nacional.
“Seamos Libres, lo demás no importa nada” dijo San Martín, que hasta ha sido puesto en duda en su gesta por los nuevos dirigentes “sin historia” que suele crear el coloniaje, profundizando su penetración en las élites oligárquicas, con el apoyo irrestricto de los Medios hegemónicos, que dejaron de ser de comunicación y confrontan al Pueblo y al Estado, como protagonistas de la historia.
La identidad y la memoria del pueblo argentino y Latinoamericano, más temprano que tarde, sacudirá las cadenas de la dependencia que, desde hace años, nos quiere someter a ser un país proveedor del llamado “centro”, lo cual nos determina como “periferia”. Para que haya países “desarrollados”, deben existir países “subdesarrollados” que sean los que nutren sus riquezas, en un proceso de transferencias de recursos, similar a los 500 años de visión y explotación atlántica, eurocéntrica y norteamericana, que desde Potosí hasta hoy sólo ha cambiado las formas de explotación, que los Movimientos Populares como el Peronismo lograron frenar. La reacción imperial fue siempre brutal e inhumana, como sucede hoy a nivel geopolítico y local, donde la elección no es peronismo – antiperonismo, sino Patria o Colonia.
BIBLIOTECA
Rafael Bautista Segales: El Tablero del siglo XXl Ed. CICCUS
Theotônio dos Santos: Teoría de la Dependencia: Balance y Perspectivas Ed. Plaza & Janés
Paulo Freire: Pedagogía del Oprimido Ed. Siglo XX