Para hablar de soberanía se requiere, mínimamente, repasar nuestra historia política de los últimos tiempos, lo ideal es repasarla desde los albores de la Patria. La historia puede ser interpretada desde diferentes ángulos y enfoques, pero lo que no se debe hacer es ignorarla. Conocerla ayuda a entender el presente y visibilizar el futuro.
El 16 de septiembre de 1955 fracciones de las Fuerzas Armadas argentinas lanzaron una serie de acciones en distintos puntos del país con el objetivo de derrocar al gobierno constitucional del presidente Juan Domingo Perón. Las fuerzas golpistas inicialmente contaban prácticamente con la totalidad de la Marina de Guerra, unas pocas unidades del Ejército y de la Fuerza Aérea asociados a los partidos políticos mayoritarios de la oposición y de la Iglesia. Finalmente, luego de una semana de cruentos combates el golpe triunfó, dejando un saldo de más de 150 víctimas mortales. A partir de ese momento se inicia un derrotero nacional con rumbo soberano incierto dependiendo de los vientos políticos del momento, lo cierto es que la Soberanía dejó de ser el eje vertebral de la república.
Juan Domingo Perón asume su primer gobierno en 1946 con un proyecto de País Soberano, pensado en la autonomía nacional fundada en los tres pilares fundamentales de la doctrina Justicialista, “Independencia económica, soberanía política y justicia social”.
En 1949, en la clausura del Primer Congreso Nacional de Filosofía en Mendoza, Perón presenta por primera vez el concepto de “Comunidad organizada”. expone los pilares fundamentales de la doctrina del justicialismo, que sirvieron de base para su plan de gobierno y la elaboración de la constitución de 1949, ya en vigencia en aquel momento. Aquel discurso resulta un acontecimiento histórico de suma importancia, donde afirma: “Nuestra acción de gobierno no representa un partido político, sino un gran movimiento nacional, con una doctrina propia, nueva en el campo político mundial”.
Teniendo claro los intereses nacionales se ocupa en impulsar distintos campos para el desarrollo tales como: energía, comunicación, transportes, defensa nacional, industria nacional. Reconoció la magnitud y la importancia del territorio nacional bicontinental, lo hace en primera instancia por un decreto que obligaba el uso del mapa bicontinental, promoviendo la radicación de nuevas bases en la Antártida, al igual que en el campo científico tecnológico, naval fluvial y marítimo, aeroespacial, modernización de las fuerzas Armadas. Este era el modelo de país soberano, independiente y justo impulsado por él.
Luego de la proscripción del peronismo por 18 años, asume su tercer mandato en 1973, el 1º de mayo de 1974 en la apertura de las sesiones presenta un conjunto de lineamientos políticos para un proyecto de Nación, “El Modelo argentino para el proyecto nacional”.
El pensamiento de Perón claramente marca una gran diferencia dentro de la historia, pensó en una nación, libre, justa y soberana. Definió un rumbo, hace aproximadamente 70 años Argentina había un modelo de país diferente, que luego del golpe de estado de 1955 se ha perdió, no supimos mantener la fortaleza de que primero está la Patria y luego los Hombres, en consecuencia, pasamos a ser patio trasero del norte, serviles y dependientes del imperio dejamos de ser independientes como propone el modelo justicialista.
Si bien luego hubo momentos donde la soberanía fue eje vertebral de gobiernos, lamentablemente no tuvieron la continuidad necesaria para recuperar el rumbo trazado en 1946. Hasta hoy continuamos en cierta manera iguale, si bien los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernandez tuvieron la firmeza de enfrentar al poder imperial, no fue suficiente, fracasamos en que no fuimos capaces de perpetuar el modelo Nacional y Popular, el gobierno actual inmerso en compleja maraña geopolítica internacional, responsabilizándose del marasmo heredado trata de sobrellevar adelante una construcción nacionalista, en la medida que puede.
Nadie duda que cada día la palabra Soberanía va adquiriendo su real significado, con mayor frecuencia se la nombra en todos los ámbitos sociales, eso significa un gran logro dado que se va visibilizando su verdadera importancia, pero el trabajo debe ser continuo no espasmódico.
El primer paradigma a romper es que “Soberanía no es solo lo territorial”, es mucho más amplia, asi la entienden los países dominantes, como la columna vertebral de la nación, imaginémosla como un gran quebracho de tronco firme y frondoso del cual nacen sus ramas y follajes. No es un tema sencillo ya que muchas veces parece simple, pero en el fondo esconde su verdadera complejidad, dado que algunas veces las acciones no pasan por decisiones propias, sino por decisiones geopolíticas estratégicas de los hegemones mundiales.
En nuestro país hoy se comienza a avizorar ramas y follaje, pero no logramos desarrollar el tronco fuerte que los sostiene en el tiempo. La palabra Soberanía es muy amplia, abarca desde Lago Escondido, Antártida, Malvinas, litio, agua, hidrocarburos, (recursos naturales), alimentos, deuda eterna, espacio aéreo, marítimo, política, cultural, educativa, las vías fluviales y el necesario Canal Magdalena, estas son partes de las ramas que nacen del tronco nacional débil, pero vamos avanzando lentamente te, ya vemos que va más allá de lo territorial. Lo grave y que debilita el tronco es el propio comportamiento político nacional neoliberal que se comporta como una motosierra que corta al añoso quebracho en un abrir y cerrar de ojos. Sega en un instante lo que llevo años crecer con sacrificios abonado por esporádicos gobiernos nacionales y populares.
En la actualidad estamos inmersos en una compleja situación dado que existen dos modelos políticos mayoritarios que pretenden gobernar la Nación y en condiciones de ganar las próximas elecciones, uno claramente proimperialista y el otro nacionalista.
El primero, proimperialista, de derecha, oligárquica, neoliberal, con profunda vocación pro-empresas regidas por el libre comercio, y para los cuales el estado (definido como una comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras naciones), debe ser reducido a su mínima expresión, para ellos los empleados son un costos, en este proyecto político la democracia solo es un instrumento para la legalización de las autoridades que defienden estos intereses y estarán al servicio del mercado y las corporaciones nacionales o internacionales, los recursos naturales dejan de ser bienes comunes, pasan a ser bienes comerciales, de negocios sin importarles país, nación o bandera, no dudan en realizar negocio con el mejor postor con los bienes comunes incluso el territorio nacional, como son la minería, hidrocarburos, Malvinas, Antártida. El bienestar social no es para todos, la accesibilidad está garantizada para los que pueden pagarla, no para el resto, es decir promueven ciudadanos de primera, la minoría y de cuarta la mayoría, lo que ocurrió con la salud pública es un buen ejemplo del gobierno anterior que transformó el ministerio de Salud de la Nación en Secretaría. Educación es otro, basta con revisar el plan de la CABA, que promueve la enseñanza privada.
La otra opción que tenemos es la Nacionalista, diametralmente opuesta es la “nacional y popular”, en este caso también la democracia legitima a los gobernantes, pero a diferencia del modelo anterior se comportan como defensores del estado el cual es ubicado como el centro protector de los derechos sociales, ocupándose de garantizar la accesibilidad de la población a los beneficios que mejoren la calidad de vida, como educación, justicia, alimentación, salud: recordemos que el gobierno actual ni bien asume crea nuevamente el Ministerio de Salud, a Dios gracias que fue así, ya que ni se comenzó a organizar y debutó con una pandemia por SARD COV 2, (Covid 19), en síntesis los gobiernos nacionales y populares tienden al bienestar general, no al de las empresas, el estado al servicio del pueblo, no al servicio de la economía del mercado dominante.
Estamos en víspera del 2 de abril, vamos a conmemorar el día del veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas, se cumplen 41 años de uno de los últimos actos de barbarie de la dictadura militar que gobernaba nuestro país en ese momento, es por ello que deberíamos meditar profundamente cuál de los modelos expuestos deberíamos elegir. Hacerlo bien sería el mejor reconocimiento a todos los que ofrendaron la vida por la Nación Argentina, 632 en la guerra de Malvinas, que murieron por defender la Patria Libre y Soberana, no Colonizada. Como combatiente en Malvinas ya elegí hace mucho tiempo, DEFENDER EL CAMPO NACIONAL Y POPULAR.
Los invito a mirar atentamente la próxima imagen y seguramente encontrarán la respuesta y a los ayudara a decidir, como yo lo hice.
Imagen, Cementerio de Puerto Darwin
Como esta columna destaca siempre, la decisión y elección es solo nuestra, ser Libres o Dominados.
En memoria de los 632 héroes que regaron con su sangre el suelo argentino en la última guerra del siglo XX. –
*Ex. Soldado Combatiente de Malvinas
Fundación Soberanía y Memoria. Resistencia Chaco