Lula y Pepe Mujica, junto a Cristina Kirchner y Alberto Fernández, las Madres y Abuelas y el Pueblo Peronista en la histórica Plaza de Mayo, marchando en las calles con sus carteles cánticos y bombos, convirtió a la convocatoria en un formidable espectáculo de la democracia. Los compañeros Lula y Mujica, conmovidos, emocionaron a la multitud. Muchas lágrimas corrieron por los rostros no sólo de quienes estaban en el escenario, “Llevaban en sus oídos la más maravillosa música, la palabra del Pueblo”
Cristina y Alberto, dialogaron frente al pueblo con presencia de muchos miles de militantes en la plaza y millones de argentinos siguiendo el mensaje por televisión. Esa pública conversación despeja dudas, al menos en que la estrategia es común. El tema del Fondo fue central, con observaciones compartidas sobre la negociación.
Cristina historió los condicionamientos que impuso el Fondo a los gobiernos de Raúl Alfonsín e incluso al de Fernando de la Rúa, la forma en que les soltó la mano para provocar sus caídas, llamando a los radicales a que no se hagan los distraídos, también mencionó el enorme respaldo que el FMI le dio a Mauricio Macri.
El Presidente en coincidencia con Cristina dijo que no se pagará con el hambre de los argentinos. “Me apuran a que firme un acuerdo, pero yo no voy a firmar nada que comprometa el crecimiento del país y el futuro de los argentinos”. La complicidad del Fondo con el gobierno de Macri estuvo en el centro de los dos discursos.
Fue una armonía de voces. Desde la carismática Cristina, que demuestra una vez más sus naturales dotes políticas, sus convicciones Peronistas y el arraigo que tiene en la mayoría del espacio. Alberto en su rol de Presidente, prometiendo y comprometiéndose públicamente con cómo serán las negociaciones. Y el Pueblo en la plaza que hacia las devoluciones. Un perfecto diálogo democrático en uno de los días más importantes del calendario político. Democracia y Derechos Humanos de existencia simultánea. Dos caras de una misma moneda, imposible hablar de una sin la otra. Más allá que en 4 años de macrismo no se recordó nunca y el Radicalismo que tanto habla de Alfonsín hoy se reverencia en Mauricio, como en intimidad le llaman. Al demócrata Presidente radical, lo recuerda más el Gobierno Peronista que los propios radicales. Es que los Peronistas ya exculpamos al líder Radical de querer borrarnos con un tercer movimiento histórico y lo exculpamos no ahora, sino cuando pusimos la cara y el pecho frente a los intentos carapintadas.
Este nuevo aniversario democrático, se produce en un contexto turbulento y conflictivo en el mundo y que obviamente repercute en Argentina, hay un resurgimiento pandémico con nuevas variantes, cuando ya pensamos que estaba pasando, con economías golpeadas hasta en los países poderosos, el crecimiento de las desigualdades y los más paradigmático que el descontento natural que provoca la situación signifique el resurgimiento de fuerzas reaccionarias de derecha, conservadores que tienen la desvergüenza de llamarse Libertarios.
Volviendo al acto debemos decir que la estrella, a nuestro entender fue Lula, abrazo y beso a Pepe Mujica, se solidarizó con Cristina, recordó a Néstor, también al venezolano Hugo Chávez, al boliviano Evo Morales, a los uruguayos Tabaré Vázquez y al propio Mujica, al ecuatoriano Rafael Correa, al paraguayo Fernando Lugo, y la chilena Michelle Bachelet.
Para el Presidente tuvo una deferencia especial, por haberlo visitado cuando estaba preso. «Quiero decirte, compañero Alberto, podés tener la certeza de que en cualquier situación este señor que está hablando ahora, con 76 años de edad pero con la energía de un joven, estará a tu lado para que puedas hacer lo que sea necesario para mejorar la vida del pueblo argentino». Y el pueblo le respondió. “A VOLVER A VOLVER, VAMOS A VOLVER…”