“Yo he de volver como el día para que el amor no muera con Perón en mi bandera con el pueblo en mi alegría.
¿Qué pasó en la tierra mía desgarrada de aflicciones? ¿Por qué están las ilusiones quebradas de mis hermanos?
Cuando se junten sus manos volveré y seré millones“
(José María Castiñeira de Dios. Año 1962)
Hace 69 años se produjo el fallecimiento de EVA PERON, de EVITA como cariñosamente la llamó en vida su pueblo. Ese pueblo por el cual brindó lo mejor de su vida, no sólo con su monumental obra de la cual fue vivo testimonio la Fundación que llevó su nombre, sino y fundamentalmente con el ejemplo de su conducta al servicio del noble ideal de la justicia social encarnada en el Peronismo.
Nació en Los Toldos provincia de Buenos Aires en un hogar humilde el 7 de mayo de 1922, hija natural de Juana Ibarguren y de Juan Duarte. Conoció desde muy pequeña el rigor de la pobreza y la exclusión de un sistema signado por la corrupción y la discriminación clasista. Se abrió camino, abandonando desde muy pequeña su terruño natal para llegar a la Buenos Aires fría de los cementos en la cual, tras un breve período en la actividad cinematográfica, teatral y radial, su vida tuvo un giro copernicano al conocer al entonces Coronel Perón en oportunidad del terremoto que azotó la provincia de San Juan allá por el año 1944. A partir de ese momento y durante siete años, la vida política del país giró en gran parte en torno de esa mujer extraordinaria, que supo acompañar con su militancia activa, su lealtad insobornable y su mística revolucionaria la obra extraordinaria del Justicialismo liderado por el Gral. Perón.
No desempeñó cargo político alguno y no obstante ello, supo granjearse la adhesión apasionada de los trabajadores y de los humildes de la Patria a través de la Fundación que llevó su nombre. Desde esa Fundación (financiada en gran parte por los trabajadores) inauguró a lo largo del territorio nacional hogares escuelas, hogares de tránsito y de ancianos, policlínicos y barrios obreros.
A diferencia de lo que ocurre en nuestros días, la vida política de EVA PERON estuvo inspirada en el sano ideal de una causa noble, lejos de las aspiraciones espurias y mezquinas por los cargos y por la frívola figuración. Así hacia el año 1948 desde el diario Democracia sostenía: “mi dignidad de argentina y mi conciencia de ciudadana se sublevó ante una Patria vencida, vilipendiada, mendicante ante los mercaderes del templo y de la soberanía entregada año tras año, gobiernos tras gobiernos, a los apetitos foráneos del capitalismo sin patria y sin bandera… Soy peronista por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo”.
Hacia el año 1947, llevó al Gral. Perón y al Congreso un proyecto de ley por el cual, por primera vez en la historia se hizo realidad el voto universal, secreto y obligatorio. Se convirtió en ley de la Nación el derecho al voto femenino y con ello, también por primera vez en la historia, la mujer votó y llevó con su representación política al Congreso la voz y las aspiraciones de la mujer argentina.
En víspera de la Convención Constituyente de 1949, promovió y logró que se incorporara al texto constitucional con los derechos del trabajador y de la familia, los derechos de la ancianidad, derechos que a partir de ese momento y por muchos años tuvieron rango constitucional.-
Tal fue el prestigio del ascendiente político logrado por EVA PERON en el seno de las masas populares y en particular en la clase trabajadora que, en el Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951 y ante un millón de almas fue proclamada por la CGT candidata a la vicepresidencia de la Nación para los comicios de noviembre de 1951. Si bien no aceptó la postulación ya minada su salud y ante la presión del golpe militar en cierne, su renunciamiento del 31 de agosto, fue el preanuncio de los hechos dramáticos que se avecinaban (el frustrado golpe de setiembre de 1951) y por fin, el significado trascendente de su prestigio político.
El 11 de noviembre de 1951 con el triunfo del binomio PERON-QUIJANO, se inició el segundo período del mandato constitucional del Gral. Perón. A partir de esa fecha y hasta el 26 de julio de 1952 y no obstante la gravedad de la dolencia que la consumía físicamente no abandonó su lucha militante, y el 17 de octubre de 1951 pronunciaba su último discurso ante el pueblo, al cual tanto amó: “….no ha pasado el peligro. Es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y no descanse porque los enemigos trabajan en las sombras de la traición. Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo, y aunque deje en el camino jirones de mi vida yo se que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”.
EVA PERON no fue feminista, tal como insidiosamente la conciben en nuestros días sectores de la pequeña burguesía y ello es así porque, sabía que el sistema liberal-capitalista es un sistema de explotación que no hace distingos a la hora del reconocimiento de los derechos que, con rango constitucional, le reconoció por igual a los trabajadores y trabajadoras argentinas. No predicó el libre albedrío y a la hora de las definiciones hay que decirlo sin eufemismos, optó por la familia como núcleo básico y fundamental de toda sociedad civilizada, esa familia a la cual el Peronismo reconoció derechos con rango constitucional en oportunidad de la Convención Constituyente de 1949 (“la familia como núcleo primario y fundamental de la sociedad, será objeto de preferente protección por parte del Estado, el que reconoce sus derechos en lo que respecta a su constitución, defensa y cumplimiento de sus fines”).
El 26 de julio de 1952 siendo las 20:25 hs. la radio oficial anunciaba el fallecimiento de EVA PERON y a partir de ese momento se iniciaría el sepelio más largo de la historia, acompañado por el dolor de millones de argentinos que con su presencia masiva, le brindaron el reconocimiento a tanta pasión y entrega por la causa de la Patria y por la dignidad de los desposeídos.
EVA PERON, EVITA, no está muerta, más allá de que su figura, su pensamiento y su obra están diluidas en la memoria colectiva por la miserable incomprensión de propios y extraños, ELLA, está y subyace en lo profundo del sentimiento popular y nos increpa para que, retomemos con vigor militante la senda de la lucha activa y sin dobleces por la inconclusa revolución Justicialista de la Patria Justa, Libre y Soberana.-
CORRIENTES, 26 de julio de 2021.-
Ramón A. Gomez
Norberto S. Soto
Ma. Cristina Preckel
Juan M. Roldan
Gladys N. Soto
Daniel A. Bordon
Ma. Gregoria Perez
(MIEMBROS DEL CENTRO DE ESTUDIOS Y DE INVESTIGACIONES HISTORICAS “JUAN DOMINGO PERON”)