Hoy se cumple un nuevo aniversario de la muerte del tres veces presidente de la Nación, protagonista indiscutido de la historia de nuestro país durante el siglo XX cuyo legado sigue vigente.
La congoja popular ante la pérdida del hombre que había reconocido derechos sociales a los trabajadores y mejorado la calidad de vida a los desprotegidos, fue grande, tanto como la incertidumbre que provocaba el vacío político que dejaba con su ausencia en medio de una creciente espiral de violencia política que anticipaba la irrupción del terrorismo de Estado.
Falleció a los 78 años, en ejercicio de su tercer mandato constitucional, al mediodía del 1 de julio de 1974 por un paro cardíaco resultado del agravamiento de la cardiopatía isquémica crónica que padecía. “Con gran dolor debo transmitir al pueblo el fallecimiento de un verdadero apóstol de la paz y la no violencia” anunció su esposa y vicepresidenta de la República, María Estela Martínez de Perón (Isabelita) al comunicar el deceso del mandatario.
Los restos del General Perón fueron instalados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, vestido con uniforme militar, hasta la mañana del 2 de julio, cuando fue trasladado a la Catedral Metropolitana donde se realizó una misa y luego conducido al Congreso de la Nación donde permaneció hasta el 4 de julio. Por el interior del Palacio Legislativo pasaron miles de personas despidiendo al “Jefe”, al “General”, al “Viejo” mientras otro tanto lo hacía saliendo a las calles para darle el último adiós, demostrándole su afecto y gratitud.
Durante el velatorio, el discurso más recordado es el del radical Ricardo Balbín, que al expresarse en un momento que sabía luctuoso para el pueblo resolvió dejar las diferencias políticas. “Este viejo adversario despide a un amigo”, fueron las palabras de aquel histórico suceso.
El féretro fue depositado en el Cementerio de la Chacarita donde estuvo hasta el 17 de octubre de 2006 cuando fue trasladado al mausoleo ubicado en el predio de San Vicente, en la quinta que perteneció a Perón y Evita, donde actualmente funciona como Museo Histórico 17 de Octubre y es patrimonio cultural de la provincia de Buenos Aires.
Su último discurso en la Plaza de Mayo fue el 12 de junio de 1974, y como una premonición, el líder dijo: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mí es la palabra del pueblo argentino”.
Este tiempo es una buena oportunidad para recordar su convocatoria permanente a la unidad nacional porque “para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”.