El devenir histórico de los pueblos, y por supuesto el del nuestro, se lo puede observar con los ojos del gran juglar uruguayo, Alfredo Zitarrosa, “No hay nada más sin apuro que un pueblo haciendo su historia”; y comprobamos tal afirmación en la continuidad de las luchas, los enfrentamientos o el antagonismo entre los modelos de país que pugnan desde la conformación de lo que algunos llamamos nuestra patria; por otro lado la mirada del filósofo Karl Marx nos propone que “La historia ocurre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como una farsa”.
Si la primera es “tragedia”, nos la presentaron en los 90 los cipayos consuetudinarios, representantes de la oligarquía criolla, apuntalada por los chicago boy’s que trajeron como novedad enviados por el FMI las medidas políticas, sociales y económicas que fueron implementadas cual religión por el menemismo, que hasta se animó a realizar un esbozo de los 10 mandamientos menemistas. El primero versaba “nada de lo que debiera ser estatal, permanecerá en manos del estado”; siendo continuadas por “La Alianza”.
Esta tragedia no solo se limitó a Xuxa, los Roling Stones y Yuyito en Olivos o la Ferrari a Mar del Plata, fueron las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas, ATC (Argentina Televisora Color), ferrocarriles, EnTel, blanqueo de capitales, venta de inmuebles del estado, flexibilización laboral, recorte al presupuesto educativo (universidades), despidos de trabajadores del estado y apertura indiscriminada de las importaciones de manufactura y productos primarios, donde tenemos los nefastos ejemplos de los “pollos de Mazzorin” y los tomates del Brasil. En esa tragedia histórica y social, el pueblo trabajador y sus organizaciones decidió y planteo la resistencia, un claro ejemplo fue el acuerdo entre productores hortícolas (tomateros) y los sindicatos de empleados estatales (Senasa, etc.) para obstaculizar el ingreso de tomates del Brasil, se recordaran en Paso de los Libres las largas colas de camiones térmicos y el sonido de los motores de sus cámaras de frio esperando las toma de muestras para análisis de agrotóxicos, las fumigaciones preventivas de plagas y larga lista de etcéteras que hicieron inviable el ingreso de esta mercadería históricamente producida en nuestra provincia.
En este período histórico, a algunos nos toca vivir la “farsa” que nos propone un tarambana mesiánico, mandadero de los cipayos consuetunarios representantes de la oligarquía criolla y el FMI para concretar las mismas fechorías en desmedro del pueblo trabajador y de la soberanía nacional, envío de reservas en oro a manos del “piratón imperial”, privatización de Aerolíneas, blanqueo de capitales, despidos de agentes estatales, recorte presupuestario a la educación, flexibilización laboral, venta de inmuebles del estado e importaciones indiscriminadas de productos manufacturados y primarios. Hoy, y como es costumbre de nosotros los trabajadores, debemos reconstruir los caminos a la solidaridad y la organización para oponer a esta “farsa”, que sin ningún viso de originalidad nos propone, la importación de tomates del Paraguay y a Yuyito en Olivos.
(*) Concejal PJ Goya