El “Marcha” no es cine para cinéfilos. La estética del encuadre y la edición pulida, si existen, son accesorios que no hacen a la esencia de lo que el festival pretende.
Con las cámaras montada sobre las penurias del pueblo, más de cincuenta producciones audiovisuales iluminaran este sábado y domingo el espacio más oscuro de la provincia de Corrientes durante la última dictadura: el ex regimiento de Infantería 9.
Pronto a transformarse en un espacio de memoria -urgente y necesario en una provincia donde el estado sigue matando a los pibes que habitan los arrabales del Paraná- el cine nos convoca para apropiarnos de las historias que guardan las paredes del RI9 y comprometernos con las injusticias de este tiempo.
Emparentado con el “Invicines” de Córdoba, el “Marcha”, es un festival del que estaría orgulloso Raymundo Gleyzer y del que con gusto escribiría una crónica Rodolfo Walsh. Está hecho con la esencia militante de personas sensibles, que arremeten contra la destrucción, la muerte y el despojo.
La cámara como herramienta de denuncia panea desde las profundidades de la tierra castigada por los monocultivos, se calienta en los fuegos que destruye los humedales, se ahoga en reseca polvareda por la falta de agua y transforma dolor en lucha en cada madre que perdió un hijo en las ensangrentadas manos de la policía correntina.
El cine como una herramienta de acción política apostando al trabajo colectivo en la búsqueda por acercar a los sectores populares, no solo para ver, sino también para verse, como pretendía Gleyzer, es una premisa que se respetó en el visionado de admisión realizado por Martín Jabornisky y Virginia Soy.
No sé qué noche, ni bajo que estrellas nació el “Marcha”, pero seguro que por ahí andaban Hilda Presman, Sebatián Toba, Daniel Cian, Carlos Marilli, Natalia Vega, Nahuel Fontan, Natalia Vergara y Alejandro Pizarro.
Pizarro, muralista y artista plástico fue quien se dio a la tarea de transformar idea en realidad. Sumando voluntades, articulando ganas con saberes, abriéndose paso entre indiferentes y escépticos, con poca plata y sobrada prepotencia de trabajo logró el objetivo de hacer realidad la primera edición del festival.
El Festival de Cine Marcha, nos convoca no como meros espectadores, sino como parte activa de una sociedad que necesita volver a pensarse. Un cine militante, hecho con las herramientas que están a la mano, para interpelarnos cuadro a cuadro en cada proyección. –
Programación
Sábado 12 – Sala 1:
24nora
Los monocultivos matan
Micro99
Roja tierra Nuestra
El puente
Enviado para falsear
Campo grande 26″
Arerungua
El poder mata
Nos mataron a uno
Kevin Candia
Somos un número
DOMINGO 13 – Sala 1:
Brujas del cordobazo
Vivir con el virus
El Correntinazo
Plástic Búnker
Pólvora
Territorio del agua
Octubre Pilagá
Esto no va más
Ñande espera
Ricardo Luis franco
Historias que queman
SÁBADO 12 – Sala 2:
Ladrilleros
Nino Largueri
La colmena
Verde Targuí
Defensores de los espacios
Voces diversas
Juan XXlll
Bibliobar
Roto silencio (Taracon 1939 año de la victoria)
La protesta
Mecha
DOMINGO 13 – Sala 2:
Pozo castaño
Paso de los libres
El sentido de la vida
Contactó
No es un juego
A la cárcel no volvemos
Terraplén
Vida canoera
Kuñaguapa
Orgullo de ser carrera
Soy Mapuche
Alambreime
Tierra quebrada
Barrios de pie
Relatos de luchas
Cierra el festival Historias que Queman de Sebastián Toba