El período durante el cual Guayasamín recibió su formación estética fue el de mayor auge de la Escuela Indigenista, y la influencia de esta corriente en el pintor es evidente desde sus obras iniciales. En 1942 realizó su primera exposición en Quito, que causó gran escándalo por su marcado carácter de denuncia social. Poco después se trasladó a México, donde trabajó algunos meses con el gran muralista Orozco, quien ejerció una importante influencia en la definición del lenguaje estético del joven pintor ecuatoriano.
A comienzos de la década de 1940 trabó amistad con Pablo Neruda y realizó un largo viaje por Chile, Perú, Argentina, Bolivia y Uruguay, durante el cual tomó apuntes para su gran serie Huacayñán (“El camino del llanto”), compuesta por más de cien telas que giran en torno a la temática del indígena, el negro y el mestizo en América.
Guayasamín aunó la fuerza de la temática indígena con los logros de las vanguardias de principios de siglo, especialmente el cubismo y el expresionismo.
Tras varios años de intenso trabajo, en 1968 presentó en el Museo de Bellas Artes de la Ciudad de México su segunda serie de envergadura, titulada La edad de la ira, compuesta por 260 obras. La edad de la ira ha sido considerada una de las últimas grandes realizaciones del cartel político en pintura del siglo XX.
En 1974 recibió la Condecoración del gobierno de Francia, que por primera vez se concedió a un artista latinoamericano.
En 1981 la Cámara de Representantes del Ecuador reconoció la obra y la trascendencia del artista mediante la creación de la Fundación Guayasamín, patrimonio cultural del país, a la que el pintor donó sus obras y colecciones de arte. En sus cuadros Guayasamín denunció siempre con convicción los horrores, los desastres y los dramas del hombre, dando a sus obras una expresividad particular dentro de la escuela indigenista.
Fuente: Biografía de Oswaldo Guayasmín (Ruiza,Fernández-Tamaro), Barcelona, 2004