A esta ley la trajo la marea de mujeres, una marea verde que uso un pañuelo, como sin querer lo hicieron las Madres, esa marea que se fue agrupando, juntando, encontrando y de eso hace más de 25 años, muchísimos, se fue pasando la palabra, en una ronda que cada día se hace más grande.
Esta ley nace de abajo, son las bases de todas y todes, de organizaciones horizontales, democráticas y plurales, quienes la piden, es en estos espacios donde se fortaleció la esperanza que algún día llegue a ser ley, en donde cada decisión cuesta un poco más porque se consulta, se discute y después sale. Estos espacios donde las pibas encontraron la fuerza para empezar a pensar que si puede ser posible un cambio real y se sumaron a las históricas y no tan históricas y hoy ese pañuelo es como un guiño de que ya no estamos tan solas. –
Esta ley viene a poner, un tema sobre la mesa, que es el deseo de las mujeres. El deseo que empuja a luchar, el deseo que nos une y reúne. Porque, aunque no se escuche, aunque sí se dice, las mujeres deseamos muchas cosas, en tantas, elegir o no la maternidad, y necesitan tener la gran posibilidad de decidir sobre sus cuerpos, sin la penalización y con la posibilidad de charlarlo y decidir libremente.
Esta ley pone al descubierto la hipocresía de un sector de la sociedad, que aborta en clínicas privadas, con todos los recursos y privilegios que puede pagar, es la misma que sale a la calle a reclamar que el Estado no puede gastar en la interrupción voluntaria del embarazo de todas, que no tiene que ser gratuito.
Expone un problema de salud pública, el que fue soslayado como que no existiera, pero existe un dato cierto, real y muy doloroso y es que mueren mujeres por abortos clandestinos, quedan con secuelas de por vida por abortos mal hechos, siendo ésta práctica una de las causales de mortalidad materna. Que una ley, venga a saldar esta cuestión sería un gran avance.
No hay que temer a la verdad de lo que está sucediendo, hay que buscar la manera para que las mujeres vivamos en una sociedad más justa e igualitaria. Justicia Social le dicen. Esta vez el Estado debe responder, porque las mujeres vamos por nuestros derechos, como siempre pensando en las que vienen y en las que se quedaron en una pieza de un barrio pobre o en la sala de emergencia de un hospital. Y en éste punto tenemos que reflexionar sobre las mujeres que ocupan bancas y no empatizan con estas mujeres, Entre nuestras luchas está la de la paridad, pero la paridad para qué, si no es para ampliar los derechos de las mujeres, solo para ocupar lugares no sirve, deben llevar nuestras luchas y nuestras banderas. – Todavía nos queda un paso más, que es el Senado, aunque sabemos que es difícil, no nos rendimos, la marea sigue avanzando, y nos pondremos al frente; por todas las mujeres que murieron o quedaron seriamente lesionadas por un aborto mal hecho; por las que no tuvieron la posibilidad de decidir y por nuestras hijas, que puedan decidir sobre sus cuerpos. Por el aborto legal, nunca más clandestino. QUE SEA LEY.