El 8/7/17 INFOBAE publicaba las quejas del entonces opositor precandidato a diputado por la Ciudad de Buenos Aires de Evolución Ciudadana, Martín Lousteau, cuestionando el uso de la publicidad oficial en territorio porteño. “(El jefe de Gobierno Horacio Rodríguez) Larreta gasta en publicidad dos veces y medio más que en 2007, cuando asumió el PRO. Discrepo no sólo con el despilfarro sino también con el contenido. Prefiero que me hagas publicidad con el SUD, el Sistema Único de Denuncias, para construir un mapa de delito, que está aunque no se le dice a la gente por dónde hacer su denuncia y que no tiene que hacerla como antes, a que me hagas agradeselfies, las mascotas o cómo comportarse en la mesa navideña. Son $1.500 millones que los podes usar para infinitas cosas”. Ello equivalía a casi 90 millones de dólares anuales. Y seguía “Se duplicó el gasto en publicidad en el año electoral. Con lo gastado por el PRO en diez años hacía otra línea D del subte”.
Sabido es que Losteau pasó a ser oficialista y en consecuencia calló este tipo de críticas, pero ya podemos deducir que en estos 4 años de publicidad PRO en Buenos Aires ya podría estar construida el 40% de una nueva línea de subterráneos, es decir casi 4 km de una línea que hoy tiene 10,60 km y 16 estaciones.
En Corrientes pasa lo mismo. La Cuenta de Inversiones de la Provincia del 2020 dice que se gastaron en PUBLICIDAD INSTITUCIONAL $650.000,00; en PUBLICIDAD DE ACTOS DE GOBIERNO $156.762.986,40 y en OTRAS PUBLICIDADES $129.706.000,00, es decir un total de más de 3,5 millones de dólares a fin del año pasado. No aparecen aquí los gastos que se realizaron por otras cuentas como las de Loterías y Casinos de Corrientes o similares. (Gracias Martín Barrionuevo por los datos).
Este fantástico despilfarro publicitario en una provincia pobre conduce, inequívocamente, a un silencio en los medios de voces opositoras y de otros actores de la sociedad civil, anulando la aparición de ideas alternativas a los problemas que la realidad presenta.
En este 2021 atravesado por las campañas electorales y la profusa propaganda oficialista, es lógico deducir que los gastos se han incrementado, sobre todo analizando que nunca como este tiempo se registró tanto silencio sobre las críticas al gobierno provincial. Las noticias que inevitablemente debían cubrirse, se realizaron de manera superficial, ocultas en un montón de otras noticias para restar importancia o apenas mencionadas una vez y nunca más.
Durante todo este año escuche a decenas de periodistas, casi disculpándose por el silencio o la falta de acceso a medios, con un contundente “No puedo por la pauta”. Uno obviamente lo entiende. Corrientes es un lugar sin oportunidades laborales producto del modelo de atraso conservador que esta provincia sostiene y Gustavo Valdés representa.
El punto es que esta práctica es una grosera afectación a la democracia y solo conduce a un discurso único dominante que distorsiona la realidad, la oculta e impide la aparición de voces alternativas. Es aún más desquiciante el esquema discursivo cuando el gobierno impregna todas sus acciones con un mensaje supuestamente “republicano” y “democrático”.
La censura y la autocensura solo perjudican al pueblo correntino, a la calidad democrática e implica una afectación del derecho humano a información veraz.-
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Abraham Lincoln