La apropiación del relato es una decisión político cultural de los vencedores, de aquellos que inscriben en la conciencia colectiva de los Pueblos, supuestas verdades absolutas, basadas en ocultamientos, mentiras y manipulaciones, que llevan a consolidar naturalizando situaciones de subordinación, en especial en las nuevas generaciones, esquemas de dominación y colonización cultural.
En el mismo camino, la tergiversación de la verdad histórica, difícil de corroborar fuera del ámbito de la Academia, le permite al vencedor fortalecer un camino en el modelo estructural del país, desde lo económico a lo institucional. En este sentido no hay mejor ejemplo que la permanente alusión, incluso en la educación sistemática, del concepto-consigna “civilización o barbarie”, que desde mediados a fines del silgo XlX se fue instalando en los voceros del poder, describiendo a la civilización como lo europeo, anglosajón, lo venido de afuera y la barbarie como lo criollo, lo nuestro, como atraso.
Así fueron ocultados los pensadores nacionales desde esa época hasta la actualidad, en un ejercicio permanente de silenciamiento que llevó que hasta pensadores liberales fueron lavados y desvirtuados en sus conceptos, cuando desde el siglo XlX planteaban la necesidad de apuntalar el nacionalismo, frente a la colonización pretendida por el imperio anglosajón, primero inglés y luego norteamericano.
Intelectuales como José Hernández, José Ingenieros, Belisario Roldan, Ricardo Rojas, Lisandro De La Torre, Carlos Astrada, Leopoldo Lugones, Manuel Ugarte, Bialet Massé con su defensa de los trabajadores y hasta el mismo Alberdi, mencionado con ícono liberal por el nuevo presidente, no es mencionado en su etapa final al desnudar denunciando la entrega y claudicación de la Nación a la extranjería.
Estos pensadores eran congruentes con otros intelectuales latinoamericanos como José Vasconcellos, Rubén Darío, Rufina Blanco Fombonay, Methol Ferre, Mariátegui, Pablo Freire y Enrique Rodó entre otros, que dieron una visión clara de una Patria que nunca debió dejar de ser, la Patria Grande fuente de todas las utopías de los pueblos con una lengua común y un origen que nos emparenta.
Sólo la balcanización anglosajona, impidió conocer desde entonces aquellos intelectuales que incluso en nuestro país construyeron las plataformas del conocimiento de la Liberación Nacional. No fueron ocultados, sino directamente enterrados como Rodolfo Kush, De la Riega, Enrique Dussel, Fermín Chávez, el Padre Castellani, Jose María Rosas, Leopoldo Marechal, llegando a nuestra época con Poratti, Jorge Bolívar y otros contemporáneos que constituyen diversos grupos de pensamiento nacional.
La irrupción de nuevos medios, las redes junto a las plataformas y las nuevas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, le ha otorgado a los dueños del poder mundial, la capacidad de discriminación de la información a nivel global, predominando en el flujo diario la visión “occidental y cristiana”, composición geopolítica tan occidental como Japón y tan cristiana como Israel, que sólo permite una mirada amputada de la realidad internacional, sometiendo a la ignorancia de datos e información al conjunto del Pueblo.
Este ocultamiento en cuanto al nacionalismo popular latinoamericano, compromete la mirada común, llevando la comprensión de la política a niveles primarios, sin pensamiento crítico ni elaboración de respuestas que desarmen el argumento del poder.
Es más, la instalación de la agenda corresponde al enemigo imperial y los sectores nacionales y populares sólo destinan sus esfuerzos, a desmontarla esa supuesta realidad, abandonando la iniciativa propia, de propuestas y estrategias patrióticas, frente a un poder colonizador.
Repensarnos en un revisionismo histórico, no es un hecho de biblioteca, por lo contrario, es una resignificación de la misma en términos políticos, ya que los valores permanentes de la Patria como concepto abarcador de Pueblo con destino común y de anhelos compartidos, es una demanda que viene del fondo de nuestra historia y que nos da identidad y memoria como Comunidad. Despojarnos de esos elementos que forman parte de nuestra nacionalidad, es la manera sutil de una extranjerización del conjunto de la sociedad, que se va dando desde la apropiación del lenguaje hasta los instrumentos de la vida cotidiana, como el dinero extranjero frente a la moneda nacional.
Es una parte importante de nuestra realidad, tanto como la claudicación nacional de la macro economía, el hecho cultural de la dominación se basa en la permanente irradiación de falsas noticias, tergiversaciones, manipulaciones generadas en los mismos centros de poder internacional, que tiñen de acuerdos a sus intereses y sus proyectos estratégicos el mapa mundial, en especial en tiempos de guerras generadas en necesidades geopolíticas de apropiación de recursos naturales y control de áreas de poder, por parte de las potencias hegemónicas.
Nuestro país ha caído en un proceso de colonización creciente y en especial protegido por los medios hegemónicos de comunicación y la invasión infinita de las redes de las nuevas tecnologías, que no sólo permite el flujo sesgado de la información, sino que además agrega el marco necesario del ciberespionaje, del control social del pueblo, con seguimiento permanente, no sólo de la ubicación de las personas, sino de los contenidos de la vida cotidiana comunicada, sus emociones, sus contactos, su mirada en una situación que demuele el marco democrático y de respeto a los Derechos Humanos, avanzando sobre la intimidad de las personas.
El celular se ha convertido en un instrumento de control social absoluto, generando a su vez una concepción individualista de la vida, que atenta contra la Comunidad como tal llevando a la diáspora, al aislamiento, a la incertidumbre y los miedos que se generan como forma de subordinar cualquier expresión disonante con los mandatos del poder real.
El Gobierno actual actúa como agente extranjero frente a las demandas del pueblo argentino y de los intereses patrióticos de defensa del patrimonio nacional, cediendo espacios de soberanía política a intereses extranjeros y demoliendo los conceptos culturales compartidos de solidaridad social compartida, desplegando una política de aislamiento internacional, sujetando la Patria a un diseño estratégico de sus mandantes EEUU Israel Reino Unido y la OTAN, en pleno proceso de guerra global, denunciado por el Papa Francisco, no casualmente ocultado y perseguido por sus posturas en defensa de los más humildes y desamparados del mundo, denunciado la acumulación obscena de la riqueza que promueve la indigencia y la pobreza mundial.
BIBLIOTECA
Hugo Chumbita: Historia de las corrientes ideológica argentinas 3 tomos. Ed.OCTUBRE
Mónica Arredondo Atilio Boron: Clases medias argentinas. Modelo para armar Ed.Luxenbug
Gustavo Campana: Prontuario No hay neoliberalismo sin traición Ed. Colihue