La nueva cepa Omicron expuso una vez más las diferencias entre los países ricos y pobres. Más allá de dónde se generó, no esta claro si fue en Sudáfrica pero todos señalan como que sucedió ahí, dejó al descubierto nuevamente que si la humanidad toda no toma a la pandemia como un problema suyo, llevará años lograr superar esta instancia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló, días antes de la aparición de esta última cepa, que al ritmo que se estaba vacunando sobre todo en lo países mas humildes, las perspectivas de completar la vacunación mundial no llegaría antes de 4 o 5 años con las consecuencias de seguir estirando por todo ese tiempo las medidas restrictivas en el mundo.
Lo que la nueva cepa viene hacer en realidad es destapar y tapar al mismo tiempo los déficit de los países centrales y de los periféricos, la falta de vacunación masiva y desigualdad económica. Los anti vacunas son, según coinciden la gran mayoría de expertos, los responsables de las recientes incrementos de infectados en Europa. Sin embargo, para los gobiernos centrales europeos Omicron es el motivo de cierre de sus fronteras y nuevas restricciones, aún cuando ahora se sabe que si bien es muy contagiosa no es mayor en letalidad que la variante Delta.
Los multimillonarios agrandaron sus fortunas en mas de 3,6 billones de euros, y por otra parte, mas de 100 millones de personas en estos 19 meses de pandemia, pasaron a ser más pobres
Si bien algunos medios aseguran que el setenta por ciento de la población de la Unión Europea ha recibido al menos una dosis de la vacuna anticovid, otros países del área como Noruega, Dinamarca, Holanda, por ejemplo y del este europeo incluido Rusia, es menor a ese porcentaje, creándose así en la región una situación extremadamente compleja. Y como señalaran insistentemente reconocidos científicos de salud “hasta que la pandemia no esté controlada a nivel global, no acabaremos con ella; llegaremos a situaciones de mejor control como las que acabamos de vivir, pero estaremos expuestos a las variaciones que se puedan producir en el virus en contextos que sean más propicios para ello”.
Estas y otras expresiones de calificados científicos son ignoradas por los gobiernos de países ricos, que no contemplan ninguna ayuda económica seria y masiva, hacia países pobres.
Si tomamos datos del Informe Sobre Desigualdad Mundial Global 2021 publicado en diciembre pasado, comprobaremos cómo la pandemia es un referente del distanciamiento social mundial. En dicho informe mas de cien investigadores del mundo coordinados por Thomas Piketty, Lucas Chancel y otros economistas, analizan datos y estadísticas mundiales y dicen que la brecha de desigualdad de riqueza a aumentado. Los multimillonarios agrandaron sus fortunas en mas de 3,6 billones de euros, y por otra parte, mas de 100 millones de personas en estos 19 meses de pandemia, pasaron a ser más pobres; el apartheid mundial, queda claro en toda su crueldad.
LA CRISIS CLIMÁTICA ES UNA CRISIS HUMANA.
Y por si fuera poco a este drama de la pandemia afectando a los países mas pobres se suma también, para los próximos años según la Naciones Unidas, una de las crisis humanas mas severa de la historia, la climática, donde mil millones de personas estarían desplazándose de los continentes mas pobres hacia los mas ricos, fundamentalmente a Europa.
Ante semejante panorama algunos gobiernos europeos ya están tomando medidas de prevención para tratar de detener ahora mismo estas corrientes migratorias con alguna ayuda monetaria. Los financiamientos a diferentes países por donde transita este éxodo como Turquía, Libia, Marruecos en el medio oriente próximo hacia el continente europeo y México, Honduras, Guatemala en el camino hacia el norte del continente americano, no está dando resultados según las Naciones Unidas y siguen las migraciones masivas.
Y si la ya escasa producción de alimentos como consecuencia del clima, sequias, frío, demasiada agua tiene a más de 20 millones de personas desplazándose a lugares mas seguros, el panorama futuro de la humanidad es realmente inquietante. Y a los gobiernos ricos, tristemente, no parece importarles.•