Es fundamental tener un GPS para gobernar en un siglo XXI, un mundo VICA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), con una conformación más multipolar, con nuevos actores y nuevas discusiones, y en esto el movimiento justicialista tiene una ventaja: su propio ADN como movimiento latinoamericanista y no alineado, que se refleja en uno de sus pilares doctrinarios: la Tercera Posición, que debe ser renovada por motivos tácticos, pero cuya esencia es estratégica, por ello siempre vigente.
Otra brújula estratégica del peronismo es su mantra de que “la organización vence al tiempo”.
Perón y su movimiento político en su momento abordaron los desafíos de su tiempo, que como observamos guardan ciertos paralelismos con los tiempos actuales siguiendo estos principios estratégicos. Por lo tanto, poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Perón encomendó la creación del Consejo Nacional de la Posguerra, un centro de pensamiento y de planificación que fue clave para que el peronismo pionero desarrollará con previsión sus políticas públicas que llevaron al impulso económico con justicia social, sumado a una política exterior con vocación autonómica, no alineada, que buscó establecer vínculos amistosos con todas las naciones emergentes y pueblos del mundo.
Esta iniciativa podría tener resonancias hasta el día de hoy, siendo una de las medidas tempranas más destacadas de Alberto Fernández, convocar a un Consejo Económico y Social, medida que nos recuerda nuestra extrapolación antes mencionada, y que esperamos se consolide.
Este tipo de iniciativas son pertinentes a ser emuladas, este tipo de iniciativas de visión plural y multidisciplinar y basadas en el consenso social de los actores, serán fundamentales para que enfrentemos a nuestros desafíos de época.
Los actuales peronistas deberán tener la visión estratégica de sus pioneros, como su sentido de la oportunidad, prudencia y organización.
Haciendo un balance a un año de haber asumido el poder el gobierno de Alberto Fernández y mirando en forma retrospectiva (y también de forma prospectiva) a ese gran movimiento político como lo es el peronismo, haciendo una extrapolación, él mismo en la actualidad como en sus orígenes se enfrenta a un momento bisagra del orden mundial.
Siguiendo con la extrapolación, el peronismo actual se enfrenta a las vísperas de un nuevo orden mundial surgido luego de un gran proceso histórico, como una gran guerra o crisis económica, como fue el caso del peronismo primogénito con el orden bipolar (EEUU vs URSS) surgido luego de la segunda guerra mundial, el actual liderazgo peronista se enfrenta ya a los bocetos del nuevo orden mundial post covid-19 marcado por la competencia estratégica entre los Estados Unidos y China, que marca un nuevo proceso de binarización y transición de la política mundial y una economía global deteriorada que ha evidenciado todas las falencias del Sistema-Mundo, así como de muchos “modelos de país” vendidos antes como ejemplos a seguir de forma ostentosa.
A medida que los esquemas del orden mundial occidental del 45 y del 91 se vayan debilitando, nuevas fricciones aparecerán: geopolíticas, como sociales y económicas (debido a las nuevas modalidades del capitalismo de la cuarta revolución industrial, el cambio climático) en donde todos los modelos de sociedad estarán en discusión.
El actual panorama internacional presenta grandes desafíos, pero también grandes oportunidades, hoy soplan nuevos vientos, a nivel global y regional:
Los gobiernos de tinte neoliberal y neo-conservador retroceden, recordemos los triunfos del MAS en Bolivia, el referéndum por la reforma constitucional en Chile, el duro golpe al Bolsonarismo en las elecciones de noviembre en Brasil. El año que viene la región experimentará una maratón de elecciones donde seguramente surgirán los bocetos de un nuevo mapa político regional, tal vez más favorables a la Patria Grande, al Continentalismo, al peronismo. La hora de los pueblos podría estar más cerca, y no podemos darnos el lujo de no ser protagonistas en la misma.
Cuando las ideas correctas se combinan con las acciones correctas, el cambio es inevitable
Para finalizar nunca están demás los llamados a reconectarnos con la mística peronista para enfrentar todos los desafíos de nuestra época, debemos volver a encontrarnos, debemos militar cada uno desde nuestro lugar y como podamos, las calles así como los espacios de debate son todos distintos tableros de un mismo juego, el liderazgo estratégico y transformador combina fortalezas con oportunidades, cuando las ideas correctas se unen con las acciones correctas el cambio es inevitable. Esperemos que el mundo post Covid nos encuentre siguiendo los principios peronistas de: Unidad, Organización y Solidaridad.