Todos los argentinos y las argentinas conocemos el Preámbulo de la Constitución Nacional. O debiéramos conocerlo. Pero casi todos los abogados y abogadas seguro lo aprendimos. Y los militantes radicales de memoria. El olvidado y muy olvidado por sus correligionarios Raúl Alfonsín lo recitó como un rezo laico durante toda la campaña preelectoral de 1983 para promover el cambio y la vuelta a la democracia.
El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés reúne esas tres condiciones: argentino, abogado y radical, pero no parece demostrarlo en su obrar cotidiano. En plena campaña electoral del año pasado, una bala alcanzo al diputado provincial Miguel Arias y se alojó en una vértebra de su columna, afortunadamente sin riesgos para su vida y su movilidad. La paupérrima investigación criminal llevada adelante por el Ministerio Publico Fiscal no llegó, a la fecha, a ninguna conclusión valida en el proceso penal, aunque si hubo conclusiones políticas. Para el jefe de los Fiscales de Corrientes, César Sotelo, la responsabilidad era de los asistentes al acto. Ya sabemos lo culpable que somos los peronistas de todo, siempre a la vista del ojo gorila. Y así lo dijo, sin prueba alguna en conferencia de prensa el 31 de agosto a pocos días del atentado. De allí en adelante no hubo ninguna otra novedad. Ya sabemos, Sotelo es casi un ministro sin cartera y una efectiva fuerza de choque. El lawfare vigente en nuestra Provincia lo prueba,
El Gobernador cumplió un rito formal en visitar al agredido y allí termino todo. No creó un equipo especial de investigaciones, no habló más del tema en ninguna otra ocasión, no ofreció recompensas para quien pudiera dar datos certeros para individualizar al responsable del acto criminal y que empaña la convivencia democrática. El atentado de Tapebicuá fue el primer acto de este tipo desde la vuelta de la democracia y lo siguió en una escala vertiginosa el atentado a Cristina Fernández de Kirchner. Los dos atentados en distritos gobernados por el PRO y la UCR. Ni siquiera ese dato duro conmovió al gobernador que aún permanece impasible frente a la manda constitucional de “Afianzar la justicia y consolidar la paz interior”.
Por estos días visita los Estados Unidos una delegación de gobernadores del “Norte Grande”. La misma fue organizadas por el ministro del Interior Wado de Pedro y el Embajador en ese país, Jorge Arguello. Integran la delegación los gobernadores peronistas Gildo Insfrán, Jorge Capitanich, Osvaldo Jaldo, Gustavo Sáenz, Raúl Jalil, Ricardo Quintenla, el radical y presidente nacional de ese partido Gerardo Morales, Gerardo Zamora del Frente Cívico de Santiago del Estero y Oscar Herrera Ahuad del Frente Renovador de la Concordia de Misiones. Solo faltó el Correntino Gustavo Valdés. Como se ve, una gestión de estado en busca de inversiones para el norte argentino que incluyó a todos los gobernadores, bueno a casi todos, y sin importar el origen político, reconociendo la legitimidad institucional de cada uno de ellos.
Nuevamente Valdés desconoce la tarea constitucional de todo goberante argentino “promover el bienestar general”. Él mismo, promovió el blooper de aparentar esto en un reciente viaje a Austria a buscar inversiones en una enorme papelera y presentarlo como un logro de su gestión, cuando ya esa empresa había comprado los terrenos en Virasoro y estaba edificando su planta. Pero bueno “pauta publicitaria, tapa verdad”. La planta se está construyendo y la empresa radicándose por gestiones del ex ministro de Industria Matías Kulfas.
Torna más increíble e inentendible esta ausencia en Estados Unidos porque Valdés forma parte de una fuerza política que promueve el alineamiento incondicional de la Argentina con ese país. Esa fuerza política boicotea permanentemente acuerdos con China, la Unión Europea y hasta la llegada de las salvadoras vacunas rusas que tantas vidas salvo a nuestros compatriotas.
A los gobiernos de atraso y miseria de Corrientes, como el de Gustavo Valdés, no les interesan las oportunidades de trabajo de los correntinos y correntinas. Eso ya lo sabemos. El constante y permanente exilio de su gente hace que del trabajo de los correntinos se ocupen los gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe, Chaco y aun los patagónicos, lugares habituales del destierro correntino. Ni siquiera lo disimulan.
En definitiva, Valdés perdió una hermosa oportunidad de buscar inversiones para la Provincia, que traerían trabajo a su gente y además en este momento de tanto odio militante y serial, perdió la oportunidad de demostrar coexistencia democrática con lideres políticos de otras fuerzas y mandar un mensaje fuerte de coexistencia y diálogo, necesario e imprescindible en la primera provincia argentina donde se balea a los diputados opositores y nadie parece preocuparse, inclusive el Poder Judicial.
Valdés dejó pasar la oportunidad de “… constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general…”