Estamos ante una crisis sistémica de carácter civilizatoria terminal. Si no transformamos democráticamente este sistema de dominación, este sistema terminará con la vida misma, por lo menos, como la concebimos.
Como en el 2001 hay un solo camino, la Unidad de las y los Trabajadores, fortaleciendo la identidad de la ciudadanía popular, poniendo el movimiento de liberación hacia la soberanía de la Patria.