Era la permanente cantinela de la dictadura cada vez que alguien preguntaba por el destino de los desaparecidos. “Ellos están en Europa” decían los genocidas y repetían los “mentimedios”, y agregaban “Son parte de la campaña anti argentina”. Era la historia oficial. El tiempo, la voz de las víctimas y el rol del Poder Judicial al juzgar las graves violaciones de Derechos Humanos, demostraron la falsedad y la perversión de aquella afirmación.
La misma derecha mediática, encubridora de crímenes de lesa humanidad, autoritaria siempre y amiga de los violadores de derechos humanos, que sostienen el modelo de un país colonial, ahora afirman, con la misma cínica cara de piedra: “No hubo torturas a nuestros soldados en Malvinas”. Descalifican mi investigación de dos años en Corrientes, de entrevistas a decenas de Combatientes, las pruebas presentadas en la causa judicial que se lleva adelante en el Juzgado Federal de Rio Grande, en la Provincia de Tierra del Fuego, que reunió cerca de 250 testimonios brindados ante la Magistrada, los distintos requerimientos del Fiscal actuante y de la Procuraduría de Crímenes de Lesa Humanidad del Ministerio Publico Fiscal de la Nación, que afirma que se cometieron en Malvinas y contra nuestros soldados: torturas, vejámenes, abandono de persona seguida de muerte (muerte por hambre), homicidio, lesiones graves, abuso de autoridad y abuso sexual en dos casos cometidas por cuadros superiores de las tres fuerzas armadas en plena guerra en 1982 y aun frente al mismo enemigo inglés.
En la causa existen testimonios de varios suboficiales que aportan pruebas de las torturas y los valiosísimos informes que cada efectivo militar efectuó al llegar al continente de regreso de la guerra. Con absoluta honestidad, varios oficiales denuncian a camaradas suyos por “Maltrato a la tropa”, que para mi entender constituyen torturas.
Uno de los logros de esta causa es haber insistido tanto con la necesidad de la verdad, que en el año 2012 el Poder Ejecutivo Nacional desclasificó el “Informe Ratembach” que la dictadura dispuso sea “Secreto Militar y Político” en 1982, privando a los argentinos de conocer que pasó en la Guerra. De la misma manera se conoció en el año 2015, toda la documentación relativa a Malvinas que se había archivado para no investigar la incompetencia, la cobardía y los crímenes cometidos contra los soldados.
Al amparo de los nuevos vientos autoritarios, negacionistas y de desprecio por la vigencia plena de los Derechos Humanos, que impulsa la ultra derecha gobernante, se ciernen amenazas sobre los que buscamos la verdad en las Malvinas. Se maltrata por las redes sociales a los denunciantes, se agrede a los abogados, al Centro de Ex Combatiente de Malvinas de La Plata (CECIM), a la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia y a la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, querellantes en la causa. Con mentiras de todo tipo se intenta desvirtuar la búsqueda de verdad y justicia para nuestros soldados.
Ya se sabe que todavía hay negacionistas que insisten en que “Los desaparecidos están en Europa y que no hubo torturas a nuestros soldados en Malvinas”, y a diferencia de los crímenes cometidos en el periodo dictatorial, en el espacio continental argentino, el Poder Judicial sigue privando a las víctimas de los crímenes en las Islas de Justicia y a la sociedad de Verdad, sin importarle que esta causa ya lleva 17 años.
Sé que es difícil contrarrestar las falsedades, mentiras y engaños de enormes “mentimedios”. Lo sé. Lo sabemos. Lo padecemos en cuero propio: notas, editoriales, odiadores seriales en redes, etc., pero sigo creyendo en la dignidad de la verdad. Las pruebes están en el expediente. Está la voz de las víctimas. Alguna vez aparecerá un magistrado o magistrada que se decida a investigar, lamentablemente la Dra. Lilian Herraez que investigo en un primer momento se jubiló.
Mientras tanto nuestra única esperanza es comprometernos con la verdad. Así nos enseñó Rodolfo Walsh cuando desafiaba al terror publicando: «Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copia a sus amigos; nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El Terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad».
Puedes acceder a parte de la prueba judicial y a la historia de la causa leyendo el libro “MALVINAS Y DERECHOS HUMANOS – Historia de la investigación por las torturas a los soldados argentinos en las Islas Malvinas” editado por el ATENEO LIBERACION DE CORRIENTES y el CECIM, haciendo clik aquí. Además de mi texto escriben Alejo Ramos Padilla, Gustavo Campana, Ana María Careaga, Diego Vigay, German Weins Pinto, Mario Volpe, Jazmín Lavistman, Laurentina Alonso, Jerónimo Guerrero Iraola, Rodolfo Carrizo y Ernesto Alonso, con el prólogo de nuestras queridísimas Taty Almeida y Estela de Carlotto.
Súmate a la búsqueda de Justicia militando la verdad. En tiempos de oscurantismo, negacionismo y desprecio por los Derechos Humanos, te invito a romper el aislamiento y la incomunicación y sentir la satisfacción moral de luchar contra la impunidad.