“Quisiera que me recuerden sin llorar ni lamentarme /Quisiera que me recuerden por haber hecho caminos/Por haber marcado un rumbo/Porque emocioné su alma/Porque se sintieron queridos, /protegidos y ayudados/Porque interpreté sus ansias/Porque canalicé su amor/
Porque emocioné su alma.”
“Quisiera que me recuerden junto a la risa de los felices, / la seguridad de los justos, / el sufrimiento de los humildes. / Quisiera que me recuerden con piedad por mis errores, / con comprensión por mis debilidades, / con cariño por mis virtudes/. Si no es así, prefiero el olvido, / que será el más duro castigo/ por no cumplir mi deber de hombre.” Joaquín Enrique Areta –Detenido-Desaparecido el 29/6/78- Joaquín era Correntino tenía 23 años y vivía en La Plata.
Hay que ponerse de pie y aplaudir, y el Santacruceño lo hizo, engarzó el mérito confesional del poema a su perfil político entramado en la médula del peronismo, y leyó, -asumiendo como propio- esa invocación apelando a la memoria: “Quisiera que me recuerden” de Joaquín Enrique Areta, fue en el año 2005 en ocasión de la presentación del libro Palabra Viva, en la Feria Internacional del Libro.
Cabe el reconocimiento, porque puso sobre el tapete, la contextura ideológica que cautiva al Ser Político, tomando la “palabra del otro” con la carga de valor simbólico, cultural e ideológico, que ello implica, como forma de reafirmar que el peronismo. Guarda para sí, el espíritu de identidad que no se ve, y el sacrificio de entrega personal que no se olvida.
Gran definición, ejemplar, porque ese pasado es un testimonio real, con absoluta y plena vigencia, que contribuye a evitar y superar distorsiones y veleidades enjugadas por la política, donde los encumbrados suelen olvidar el embrión originario que políticamente los gestó.
Es oportuno rehilar el suceso, porque Néstor Kirchner asumió la primera magistratura el 25 de mayo de 2003 diciendo: “No he venido a dejar mis convicciones en las puertas de la Casa Rosada”, proponiéndose una impronta despojada de demagogia, pero cabía la duda, porque formulaba un compromiso cargado de incertidumbres, siendo que más allá del deseo de plasmar su voluntad en actos de gobierno, el contra frente ponía ante sí, una Argentina devaluada, minusválida, devorada por desaciertos y acuciada de necesidades.
Los “perros de presa” que garronean, exponiendo agresividad y asedio constante, son adversarios que siempre respondieron las órdenes del “rey Midas”, jefe del capitalismo imperial, que periódicamente se renueva, cambia de nombre sin modificar el método, utiliza la misma vara, para transformar en oro todo lo que te arrebatan, dejándote el estigma de la pobreza, y lo que es peor, mantienen hegemonía geopolítica, a modo de reasegurar el dominio bajo su dependencia.
Nuestro pasado tiene fortaleza y debilidades, que se reciclan,-por imperio de las bayonetas golpistas- o cuando la mayoría al momento de elegir se “come el verso prometeico”, transformándose en víctima, porque ha “elegido”, a los que en el breve tiempo de cuatro años lo condujeron al abismo, guiados por el propio presidente, encargado de reiterar, que: “Este es el único camino, no hay otro”, senda de espinas por la que arrastró políticamente a millones de argentinos, transformándolos en parias desclasados.
Pero una cosa es cierta: El peronismo “no llora sobre la leche derramada”, sus lágrimas son de “agua bendita” y no las oculta cuando el Pueblo decide dar el “golpe heroico” en las urnas, mostrando una voluntad indeclinable en defensa de su propio interés que es el de la Patria misma, refrendando lo que sostenía el General: “Cuando un pueblo se decide a la lucha suele ser invencible”.
Algún desprevenido, se preguntará, que tendrá que ver Kirchner con el presente, sin advertir que el mencionado tuvo el gesto que enaltece al hombre político, al no “prenderse” al propósito de los que buscan generar “idolatría y liderazgo”, con la única finalidad de enajenar al personaje exaltando su ego, con la pretensión de dividir y debilitar al Peronismo, por eso cobra valor histórico, aquel “Somos peronistas, nos dicen Kirchneristas porque nos quieren devaluar”, tal es la trascendencia de esta definición, que coloca “Al hecho maldito del poder burgués” según lo definió J.W.Coocke- con una vigencia socio-política, que la prepotencia del poder antagónico concentrado, nacional e internacional no puede superar ni eliminar.
Debemos, reconocer que el común denominador, que hizo posible la unidad actual que refleja el peronismo, es la toma de conciencia de sus principales dirigentes, al haber definido su lugar de pertenencia ideológico y político, como lo hizo Néstor Kirchner, ubicándose bajo la jerarquía emblemática demostrada históricamente por el Peronismo.
Hoy el gobierno está en sus manos, seamos conscientes que “La multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos produce alegría, mientras perder privilegios provoca rencor” Arturo Jauretche.
La historia debe continuar, es el derecho que demandamos, porque: “Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el Pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista, el conductor siempre trabaja para los demás, jamás para él” Juan Domingo Perón.
Este pensamiento del General es convocante, y debe ser replicado para que nadie dude, que el Pueblo volvió al gobierno.
Que el reencuentro sea con todos, y que todos, celebren un nuevo nacimiento.
¡¡¡ARGENTINA LEVANTATE Y ANDA!!!