Todos los años recordamos el 28 de junio como la revuelta de Stonewall, el bar en Nueva York que daba refugio y contención al colectivo TLGBI de aquella época. Poco se sabe, y por ende no se habla, de las marchas por los travesticidios en la Argentina. La mayoría de las veces se asocia a esta fecha con una fiesta, con purpurina, espaldares y así se deja de lado hablar de la realidad actual de este colectivo, de las privaciones de derechos que padece y de las luchas que ha librado a lo largo de la historia. Es por eso que queremos hacer memoria, reivindicando estas batallas para que no queden en el olvido, y sobre todo para tratar de avanzar en el reconocimiento de más derechos a estas minorías.
Hace seis años, luego del travesticidio de Diana Sacayan, el 11 de octubre de 2015, seguido por la muerte de Lohana Berkins el 5 de febrero de 2016, es cuando el colectivo travesti trans se organiza y sale con una marcha todos los 28 de junio, al grito de “basta de travesticidios”. Estos dos casos nos sirven de ejemplo, Diana es asesinada por una ex pareja, en un claro crimen de odio hacia la identidad de género. Y el de Lohana, nos muestra a las claras, el abandono del estado hacia esta población, y con la discriminación que sigue padeciendo desde hace años.
A pesar de que este año se cumplieron diez años de la sanción de la Ley de Identidad de Género, existen muchos funcionarios de instituciones públicas y privadas que exigen a la población travesti-trans el cambio en el DNI para poder llamarles con el nombre autopercibido. Esta ley les da el derecho a cambiarse el nombre en el documento cuando quieran, o a no hacerlo nunca y exigir que las personas les llamen con el nombre autopercibido. La ley también garantiza la adecuación del cuerpo en hospital, con tratamientos quirúrgicos y farmacológicos, por ejemplo, aunque a veces se cree que el acceso a la salud de esta población es solo el derecho al tratamiento de hormonas.
En este mes de julio se estará cumpliendo un año de la aprobación de la Ley de Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgéniero. Esta norma garantiza trabajo, un salario, a una obra social y al ahorro pertinente para la jubilación cuando lleguen a la adultez, porque todos tenemos el derecho a morir de viejo y no porque en cualquier esquina nos arrebaten la vida a consecuencia del abandono sistemático del cual, incluso el estado, forma parte actualmente. En un segundo plano, el acceso a un trabajo formal es garantía para esta población tenga un lugar donde vivir. Es de vital importancia que se articulen los mecanismos para que cuando las garantías no se cumplan, se puedan ejercer las demandas correspondientes, por las vías adecuadas. De esta manera podremos ser una sociedad más inclusiva y empática.
Hay muchas compañeras y compañeros trans y travestis que caminan las calles reclamando sus derechos, otras y otros ya están cansadas de tanto taconeo. Este 28 de junio recordemos la lucha histórica de travestis como Diana y Lohana, para que los travesticidios dejen de ser la realidad por la que atraviesa la población travesti-trans. Y así, podamos poco a poco empezar a vivir en una sociedad más empática y saludable para todas, todos y todes.-