Soberanía, el control de las vías navegables.
Durante todo el año 2021 recibimos mucha información sobre los ríos Paraguay, Paraná, Uruguay, de la Plata, el Canal Magdalena y los Puertos que la Nación necesita. Hace más de un año, se viene tratando el tema de las vías navegables sin conseguir una respuesta contundente.
La ciudadanía toda debería conocer de que se trata, es fundamental para poder comprender la importancia soberana de estos temas.
Vías navegables es un complejo sistema, similar al sistema circulatorio humano, por el cual fluye gran parte de la logística nacional, es por ello que hay que tratarlo de manera integral y no fragmentado (el cuerpo humano se trata de manera completa y no parcial). El río Paraná vendría a ser como la arteria aorta, similar sería el Misisipi para EEUU.
Este complejo sistema navegable se inicia con el río Paraná, como arteria principal, (la aorta), al cual se le une el Paraguay en la punta norte de la isla del Cerrito (Chaco), lo que ahora llamamos simbólicamente Hito 0 de la Soberanía Navegable; que junto al río Uruguay van a desembocar al de la Plata. Esto forma el primer complejo, que se halla cercenado del resto del territorio, por el primer vector transversal (tapón), que no permite el paso directamente al sur siguiendo territorio nacional. A esta gran área fluvial la redenominaron HIDROVÍA (Paraná-Paraguay-Uruguay), término inexistente en la lengua castellana, que incluso reemplaza estratégicamente el nombre del padre de los ríos, al “PARANA”.
¿Por qué hay una fragmentación?
Hay una fragmentación del territorio debido a no poder salir directamente al Océano Atlántico, ya que para poder acceder a él estamos obligados a ir rumbo al este, a través de los puertos de la República del Uruguay, cuando perfectamente podemos hacerlo utilizando nuestras vías navegables viajando directamente al sur. Esto es una flagrante pérdida de soberanía.
¿Es posible salir al océano directamente sin salir por la República del Uruguay?
Por supuesto que sí. Sin dudas, es posible recuperar la soberanía de nuestras rutas navegables. Dijimos que las vías navegables tienen un primer vector transversal, (tapón) que nos obliga derivar todo hacia el este incluso para ir al sur. Esto se resuelve con un Shunt comunicador, el postergado Canal Magdalena, que conectaría longitudinalmente hacia el sur al Rio de la Plata con el Océano Atlántico y de esta forma uniría, el norte con el sur y al mundo de manera DIRECTA, sin pasar por la República Oriental del Uruguay y estaría plenamente controlado su funcionamiento por el estado nacional, recuperando plena soberanía de este sector. La figura siguiente es mas elocuente de lo que esta ocurriendo y como se lo puede resolver.
¿Alcanza solo con el Shunt interconector del Canal Magdalena?
No es suficiente, dado que no es la única fragmentación hacia el Atlántico Sur donde existen otros tapones a la navegabilidad lo cual dificulta el acceso a Tierra del Fuego y la Antártida. Para resolver este problema requerimos de otras herramientas marítimas las cuales son, los puertos del Atlántico Sur funcionando y la construcción y mejora básicamente de dos puertos en Tierra del Fuego, uno en Río Grande, donde se halla uno de los polos industriales más grande del país y otro en Ushuaia, que funcione como un verdadero polo logístico antártico, ya que es la puerta de entrada a la Antártida, fortaleciendo el vector directo al polo sur. Además en la Antártida es preciso la concreción de una nueva pista de aterrizaje (Base Petrel), ubicada en la isla Dundee al norte de la península antártica que oficie de base logística.
Estas construcciones son necesarias ya que el acceso al continente blanco tiene también su vector transversal (tapón) que dificulta el acceso directo a este continente. Esto fue como resultado del Tratado de Paz y Amistad firmado entre Argentina y Chile en 1984, que determinó la fijación del límite entre los dos. Con esto se ha desplazado el vector descendente directo hacia el este, que nos aleja y además nos obliga a navegar por mares peligrosos. A esto hay que sumar las actuales pretensiones de Chile de ampliar la plataforma continental avanzando hacia el este y desplazarnos aún más hacia el oriente, desconociendo un precepto básico, “Chile en el Pacifico, Argentina en el Atlántico”. Tenemos bloqueado el acceso a Malvinas y mares correspondientes, vale decir que paulatinamente nos van dificultando el acceso a nuestros territorios a través de las vías navegables pluviales y marítimas.
Como se puede apreciar, no hay dudas de que es una cuestión Soberana la Integridad Nacional de las Vías de Navegables y es fundamental para resolver la fragmentación de nuestra Nación en la cual hoy nos encontramos. Esta segmentación no es la única, también la tenemos en el territorio, al que llamaremos paralelo 42, que oportunamente será descripto.
Sin dudas somos un país Bicontinental (Americano y Antártico), entonces resulta incongruente que para llegar a la Antártida con logística que sale por el Río de la Plata debemos navegar al este, pasando por Uruguay, cuando bien podríamos hacerlo directamente al sur por territorio argentino.
Recuperar este sistema navegable es un acto de soberanía importante, junto a la recuperación plena de Malvinas, Islas y mares correspondiente. No podemos darnos el lujo de seguir demorando la recuperación de las vías navegables y su control que no puede ni debe estar en manos extranjeras y a su servicio, no podemos seguir permitiendo esta división nacional.
Sin el control pleno de la soberanía de las vías navegables, no tenemos un futuro nacional independiente. Antes era una urgencia hoy es una emergencia tratar el problema y la receta debe contener la concreción del Canal de Magdalena, los nuevos puertos de Río Grande y Ushuaia, mantenimiento y mejora de los puertos patagónicos y la construcción de la nueva pista de aterrizaje en la base Petrel, en la Antártida.
El ejercicio de la soberanía no debe ser declamativo, debe ser un hecho efectivo y realizarlo sin titubeos. No podemos seguir haciendo diagnósticos de los diagnóstico por siempre, el tema necesita urgente tratamiento.
Para recuperar la Soberanía de las Vías Navegables, lo único que necesitamos es voluntad política para lograrlo.-
(*) Ex. Soldado Combatiente de Malvinas
Fundación Soberanía y Memoria.