No es que me volví tanguero de pronto, o que «Amores de estudiante» sea una de mis canciones favoritas, o que mi admiración por Carlos Gardel me haya hecho escribir este artículo en ritmo de dos por cuatro. Para nada, solo que el primer verso de este tango me hizo recordar otros versos, menos artísticos, menos poéticos, más habituales, más de campaña política de nuestra dolorida Corrientes.
Recuerdo la semana previa a las elecciones nacionales de 2017 cuando toda Goya rezaba, marchaba, luchaba y lloraba por el cierre de la histórica fábrica de cigarrillos Massalin Particulares y se escuchaba con sorpresa, estupor e indignación las expresiones del Ministro de Industria de Corrientes, Ingeniero Vara, entonces candidato a Diputado Nacional, quien manifestaba con naturalidad, resignación e indiferencia que había que aceptar, sin mucho más que hacer, el cierre de esta planta que generó un enorme movimiento económico en la región y permitió a centenares de familias goyanas llevar el pan a su mesa cada día, por años. Al mismo momento y en campaña recorría la provincia hablando de la necesidad del desarrollo industrial siendo parte de un gobierno nacional que cerró 24000 PyMES entre 2015-2019 y permitió una brutal caída del empleo, del salario real y de la actividad industrial.
O para no exigir recuerdos o memoria de elefante a nuestros lectores. Día a día, en cada ocasión, el gobernador Valdés acusa a la Nación de discriminación, de que no se respetan los derechos de la provincia. Por supuesto, es una frase carente de realidad como lo prueba que este año Corrientes fue la segunda provincia en recibir fondos de origen nacional detrás de la enorme provincia de Buenos Aires y seguida por Tucumán, Chaco, Formosa y Misiones.
En 2016 el presidente Mauricio Macri, ex jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, modifico el régimen legal de fondos coparticipables y transfirió la Policía Federal a la Ciudad con una masa de recursos que excedía con creces lo que le correspondía por hacerse cargo de esa función. Macri le permitió recibir a la ciudad más rica del país tres veces más de lo que en realidad le correspondía. En septiembre de 2020 el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, corrigió esa distorsión y redujo de 3,5% a 2,3 de los fondos que recibe el gobierno porteño en materia de seguridad.
La ciudad al frente de Horacio Rodríguez Larreta reclamó judicialmente y eso provocó que la enorme mayoría de los gobernadores apoyaran públicamente a la Nación en su decisión y recientemente, mediante una presentación judicial ante la misma Corte Suprema de Justicia de la Nación. Corrientes guardó un bochornoso silencio. El mismo Valdés que exige en la tribunas y ante la prensa, que no repregunta, recibir mas fondos nacionales, no hizo absolutamente nada en defensa de los fondos coarticipables y que son de todos los argentinos, en cabeza de los gobiernos provinciales. No sólo eso, desde que estalló este conflicto, hace casi dos años, Valdés recibió en Corrientes para hacer campaña para las elecciones de 2023 al mismísimo Rodríguez Larreta, incluso recién llegado de sus vacaciones de Punta del Este cuando la provincia ardía sin remedio.
La ciudad de Buenos Aires recibió en 2021, por este concepto 43.000 millones de pesos por la transferencia de fondos para seguridad y por hacerse cargo de la Policía Federal en su ámbito. Cuanto pretendía? 112 mil millones para 19.000 agentes. La Nación gasta por ese concepto, para todo el país 70.000 mil millones para 32.000 agentes
La modificación de Macri en 2016 fue la primera vez que se hizo por decreto y sin especificar el destino de los fondos. Originalmente era del 3,75%, luego lo redujo a 3,50% y mucho después especificó el destino de la transferencia. Está claro que los recursos que se destinan a una jurisdicción, dejan de adjudicarse a otras.
Según el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, impulsor y firmante de varias presentaciones de gobernadores ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de las cuales ninguna fue acompañada por Corrientes o Gustavo Valdes, «nuestras provincias han perdido aproximadamente 500.000 millones de pesos (agrego yo, entre ellas la nuestra) y padecemos la concentración del 28% del gasto publico territorial del presupuesto en la ciudad de Buenos Aires. Las provincias argentinas estamos cansadas de la discriminación centralista. Recibimos los menores subsidios por la energía que consumimos, por el transporte que nuestros usuarios pagan (en CABA el ómnibus de punta a punta paga 20$). Pagamos el combustible más caro. Nos hacemos cargo de nuestras fuerzas de seguridad y destinamos parte de nuestros escasos recursos para afrontar erogaciones que el privilegio centralista dispone»
La declaración conocida como «El federalismo no se negocia» anuncia además la realización de «todas las acciones judiciales complementarias». El gobernador de Corrientes juró amor y lealtad a sus comprovincianos, hoy como aquellos estudiantes a los que canta el inmortal Carlos Gardel, ya se olvidaron.-