NO RECORDAR LOS HECHOS POLITICOS QUE JALONARON LA CONSTRUCCION DEL PERONISMO, ES NEGAR SU EXISTENCIA Y OCULTAR LA EXPERIENCIA REVOLUCIONARIA MAS IMPORTANTE QUE PROTAGONIZÓ EL PUEBLO ARGENTINO A LO LARGO DE SU RICA HISTORIA.
“Lo positivo es que (con el Peronismo) nos salvamos de la transferencia (de la dependencia) del poder de Inglaterra a Estados Unidos…. de lo que no se puede prescindir es que hemos tenido una experiencia de economía nacional, cuyos resultados dieron días de prosperidad y potencia al país, potencia material y espiritual, cuando éste bloqueado por todos lados se afirmó así mismo…. y fue creando una política propia, que venciendo los complejos de inferioridad sembrados por el colonialismo, nos dio fe en nosotros mismos, que también tuvimos entonces política internacional propia, porque la grandeza se expresa hacia adentro y hacia afuera” (Arturo Jauretche).
LA DELARACION DE LA INDEPENDENCIA ECONOMICA DE NUESTRA PATRIA
Hace ciento seis años, el 9 de Julio de 1816, los diputados de gran parte de las provincias de lo que otrora fue el virreinato del Río de la Plata, declararon en acto solemne la independencia política del yugo colonial español, de la monarquía en la cabeza de Fernando VII. Pero cabe recordar que, la historia oficial, ha ocultado deliberadamente dos grandes acontecimientos que están vinculados a la historia real de nuestra Patria, fundamental para comprender la Argentina de nuestros días. Uno de ellos fue la declaración un año antes de la independencia política de las provincias federales del Litoral (incluida Corrientes) bajo el protectorado de José Gervasio Artigas en el Congreso de “Arroyo de la China” (Entre Ríos). El otro hecho histórico ignorado –por propios y extraños- fue la declaración de la independencia económica del 9 de Julio de 1947 en la misma ciudad de San Miguel de Tucumán.
Ahora bien, el 9 de julio del año 1947, estos es hace 75 años, en la casa de San Miguel de Tucumán, donde el 9 de julio de 1816 se había declarado la independencia política, el Gral. Perón declaró solemnemente la independencia económica, tras nacionalizar los resortes estratégicos de la economía nacional, estatizar el comercio exterior a través del IAPI, repatriar el cien por ciento de la deuda externa, nacionalizar el Banco Central y los depósitos bancarios, y enfatizar su voluntad política de no someter a la Patria en el futuro a los designios neocoloniales de las potencias emergentes al concluir la segunda conflagración mundial, en particular Estados Unidos y su política de expansión imperialista en el continente. Fuimos el único país latinoamericano que, durante una década, no sometió su economía a las recetas neoliberales del FMI y que, gracias a ello, fue posible la Patria de las nacionalizaciones, de la industrialización, del pleno empleo y de la inflación de 5% anual.
Tiempo después, en la Convención Constituyente de 1949, toda esa política de nacionalizaciones que llevó al Gral. Perón ha declarar la independencia económica tuvo rango constitucional, en particular la nacionalización del Banco Central, de los yacimientos de hidrocarburos y de las minas, de los servicios públicos y del comercio exterior. Acto de singular importancia histórica ya que, con ello, se impedía que los futuros gobiernos lo derogaran con el simple expediente de leyes del Congreso. Es de recordar que, en sintonía con la declaración de la independencia del 9 de julio de 1947, el preámbulo de la Constitución Justicialista proclamaba: “el objetivo de la unidad nacional, proveer al bienestar general y la cultura nacional, ratificando la irrevocable decisión de construir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.-
Queda para la historia –ocultada por propios y extraños- no sólo el recordatorio de aquellos hechos históricos sino también, aquel célebre pronunciamiento del Gral. Perón, expresado un día antes de la declaración de la independencia económica, sentencia que debería constituir un axioma para los que pretendan restablecer en la Patria la independencia económica y la justicia social: “hay que suprimir la economía capitalista de explotación reemplazándola por una economía social en la que no haya explotadores ni explotados, y donde cada uno reciba la retribución justa de su capacidad y de su esfuerzo. El capital debe estar al servicio de la economía y ésta al servicio del pueblo”.-
Las lecciones de la historia importan si, las valiosas para el pueblo, sirven de fuente de inspiración para construir la Patria justa, libre y soberana que nos merecemos como argentinos.-
Corrientes 9 de julio de 2022.-
POR EL CENTRO DE ESTUDIOS Y DE INVESTIGACIONES HISTORICAS “JUAN DOMINGO PERON”